El ex entrenador del Barcelona Carles Rexach dice que necesitó de nada más dos minutos para recomendar el fichaje de Lionel Messi, a quien vio jugar por primera vez cuando tenía 12 años.
“Creo que he encontrado a un genio”, fue, por su parte, lo que le mandó a decir en 1961 un cazatalentos de Belfast al entonces entrenador del Manchester United, Matt Busby, luego de ver jugar a un jovencito de 15 llamado George Best.
Curiosamente, Best venía de ser rechazado por su equipo local, el Glentoran, por ser “demasiado pequeño y liviano”, mientras que Rexach tuvo que luchar contra las reticencias de varios directivos del Barcelona, a quienes la juventud de Messi preocupaba tanto como su escaso tamaño.
Y ambos son sólo ejemplos destacados de una larga lista de casos que vienen a demostrar que la identificación de futbolistas exitosos no es precisamente una ciencia exacta.
¿En qué se fijan los cazatalentos que recorren las canchas del mundo en busca de prospectos?
Técnica, visión, personalidad y velocidad
Rexach cuenta que se dio cuenta que Messi era un jugador diferente “por las cosas increíbles que hacía ante muchachos dos años mayores que él”.
“Era un jovencito que tenía que triunfar en el fútbol porque jugaba diferente, hacía goles diferentes y jugaba a una velocidad diferente”, contó en una entrevista.
Y sus argumentos son bastante parecidos a los empleados por Bob Bishop, el hombre que nada más necesitó ver jugar a Best una vez para convencerse de que su picardía y la rapidez de sus pies más que compensaba por su físico liviano.
En ambos casos se trataba de jugadores que desde pequeños demostraban gran capacidad técnica, visión, personalidad y velocidad.
Y esos son, precisamente los cuatro pilares del método TIPS (Technique, Insight, Personality, Speed), empleado por la exitosa academia del Ajax de Ámsterdam para identificar futuros talentos.
El “paquete completo”
En esta metodología el concepto de “técnica” refiere a la manera y nivel destreza con la que el atleta emplea sus “herramientas” y “materiales” para obtener un resultado predeterminado.
Mientras que “visión” se define como la capacidad para comprender de forma rápida y clara una situación compleja.
En otras palabras, los cazatalentos se preguntan qué tan rápido son los candidatos para leer el juego y si por lo general toman las decisiones correctas.
“Personalidad”, por su parte, describe las emociones, pensamientos y patrones de comportamiento propios de cada persona.
¿Cómo responde el jugador a las situaciones difíciles? ¿Es una persona imprudente o estable? ¿Es mentalmente capaz de jugar a un nivel más alto? ¿Es el fútbol una pasión o un pasatiempo?, son preguntas típicas para evaluar la personalidad del candidato.
Y, por último, está la variable más importante del modelo TIPS: “velocidad”, pues la misma se refiere tanto a velocidad física como a la velocidad de pensamiento.
“Los jugadores deben poseer tanto velocidad física (al correr) como mental (al pensar), pues eso les permitirá ejecutar las jugadas más rápidamente y por lo tanto ser mucho más efectivos”, se explica en una edición del programa de la BBC iWonder sobre el tema.
Trabajo y disciplina
De Carlos “El Pibe” Valderrama a Andrea Pirlo hay, sin embargo, muchos jugadores que han sabido demostrar que una extraordinaria rapidez mental puede hasta compensar por un físico mucho más lento.
Lo que puede explicar por qué en una encuesta en línea del mismo iWonder solamente el 9% de los participantes ubicaron a la velocidad (física) como el atributo más importante para un futbolista, muy por detrás de personalidad (21%), técnica (33%) e inteligencia (37%).
Mientras que casos como el del exmediocampista del Liverpool Craig Johnston, quien llegó a ser descrito en 1975 por el entonces entrenador del Middlesborough Jack Charlton como “el peor jugador que he visto en mi vida”, también son la prueba de lo mucho que se puede lograr con trabajo duro.
Espoleado por los comentarios de Charlton, Johnston se diseñó un régimen de entrenamiento personalizado que incluía driblar a numerosos cubos de basura.
Y su esfuerzo se tradujo en un salto de calidad que lo llevó al Liverpool, donde ganó cinco campeonatos de Inglaterra y hasta la Copa de Europa.
Un verdadero genio del fútbol, sin embargo, casi siempre tendrá “el paquete completo”. Y eso es lo que sueñan encontrar los ojeadores de talento.
“El talento es indispensable”, explica Robert Walker, quien trabajó como ojeador para Tottenham, West Ham y Portsmouth.
“Pero para llegar a la cima también hace falta una gran ética de trabajo y fortaleza mental para superar las adversidades”, le dice a la BBC.
Y el mejor ejemplo tal vez sea el de Lionel Messi, quien de pequeño tuvo que someterse a una dolorosa terapia de crecimiento para poder hacer realidad su sueño.
Fuente. La Nación