Hace décadas que el cirujano italiano Sergio Canavero tiene una obsesión. Por más que le digan que es improbable, por más que lo tilden de loco, por más que lo llamen “Frankenstein”, él resiste estoico los cuestionamientos. Quiere convertirse en el primer médico en realizar un trasplante de cabeza en la historia.
Los trasplantes de cráneo solo encuentran antecedentes en monos, sin éxito alguno. Canavero, en un artículo publicado en 2013 en Surgical Neurology International, sostuvo: “En 1970, el primer enlace cefalosomático se logró en el mono. Sin embargo, la tecnología no existía para volver a conectar la médula espinal y esa línea de investigación nunca se siguió”.
La operación ya tiene paciente y fecha. Se trata del ruso Valey Spiridinov, de 31 años, que tiene una extraña enfermedad genética llamada Werdnig-Hoffman que impide el crecimiento de sus músculos. La cita tendrá lugar en diciembre, rondando la Navidad de este año. Allí, el cirujano italiano buscará reconectar la cabeza de Spiridinov en el cuerpo de otro paciente con muerte cerebral.
“Por supuesto que estoy asustado, pero no solo es escalofriante, también es muy interesante. Deben entender que realmente no tengo muchas opciones. Si no aprovecho esta oportunidad, mi destino será muy triste porque cada año que pasa mi estado empeora”, expresó el ruso a Daily Mail.
Canavero, desde junio de 2015, recluta cirujanos para sumarse a la osada operación. El doctor chino Xiaoping Ren se unió al procedimiento como su asistente junto a otros 80 cirujanos procedentes de Rusia, China y Corea del Sur que formarán parte del intento de trasplante. Se estima que la cirugía durará 36 horas y costará entre 10 y 15 millones de dólares, aunque habrá más precisiones en junio de 2017, cuando se espera que el equipo brinde una conferencia de prensa sobre el tema.
El método que utilizará el doctor Canavero y su equipo es controvertido, además de que, para muchos, es incierto. Primero enfriarán el cuerpo del paciente a -15 grados Celsius. Luego cortarán ambas cabezas de sus cuerpos y sus médulas espinales, tanto la de Spiridinov como la del donante con muerte cerebral. Se utilizará el adhesivo polietilenglicol para conectar la cabeza del ruso con la médula espinal del cuerpo del donante.
La idea es inducir a Spiridinov en un coma durante un mes para que la sangre y las nuevas redes nerviosas se reconstruyan, con la esperanza de que el cuerpo no rechace la cabeza. Además de la columna vertebral, la cabeza de Spiridinov también tendrá que ser reconectada a las vías respiratorias, al esófago y a los vasos sanguíneos.
¿Un genio o un loco?
El procedimiento despertó un profundo rechazo en la comunidad científicao. Por un lado, por su improbable viabilidad. Por otro, por la cuestión ética y moral. La polémica suscitada le valió a Canavero el apodo de “doctor Frankenstein” del que él, fiel a su estilo provocador, dice sentirse honrado.
Por caso, el doctor Arthur Kaplan, director de Ética Médica del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, escribió: “Éticamente, el gran obstáculo es lo que sucederá si se pega una vieja cabeza en un nuevo cuerpo. El cerebro no está contenido en un cubo: se integra con la química del cuerpo y su sistema nervioso. ¿Un cerebro comprendería nuevas señales, percepciones, información de un cuerpo diferente del que estaba familiarizado? Creo que el resultado más probable es la locura o discapacidad mental severa”.
En una de sus tantas defensas frente a los cuestionamientos, Canavero que, según él lleva 30 años de estudio para realizar el trasplante, señaló: “Rusia envió a Yuri Gagarin al espacio, aunque había una alta probabilidad de que muriera. Estados Unidos envió a Neil Armstrong a la Luna, aunque podía no volver a la Tierra. La probabilidad de sobrevivir tras mi cirugía es mucho mayor de la que había en estos casos”. A su vez, remarcó que si diera resultados, podría ser la clave para tratar múltiples enfermedades en el futuro.
Fuente: Infobae