Nunca, ni siquiera en un picado, Gonzalo Martínez había visto la tarjeta roja frente a sus ojos. En ninguno de los 174 partidos que disputó en Huracán y River el Pity se había tenido que ir expulsado. Le pasó por primera vez el domingo, ante Defensa y Justicia, cuando su equipo todavía se estaba reponiendo del empate de Andrés Ríos. Le aplicó un codazo a Hugo Silva y Diego Abal resolvió echarlo.
Esa hoja en blanco, sin antecedentes, tomará en cuenta el Tribunal de Disciplina para decidir la cantidad de fechas de suspensión. Además, claro, de la letra fría del Reglamento de Transgresiones y Penas de la AFA. La jugada que desencadenó la expulsión del volante se encuadra en el artículo 201, que castiga al infractor con sanción de dos a doce partidos porque su codazo fue en la disputa de la pelota. En River creen que le darán la mínima, es decir que el Pity no podrá jugar contra Vélez, el sábado a las 20 en Núñez, y tampoco será de la partida frente a Patronato en Paraná. Recién volverá en la séptima fecha ante Atlético de Rafaela.
Resistido por la gente, Martínez nunca terminó de meterse a los hinchas en el bolsillo. Y los 40 millones de pesos que se invirtieron en su pase generan una mayor exigencia. ¿Podrá recuperar el puesto, después de los desniveles y esa expulsión que Marcelo Gallardo cuestionó en Florencio Varela?
El tiempo dirá. Mientras tanto, el Muñeco estudia variantes de cara al duelo con Vélez. La salida obligada del Pity invita a analizar algunas variantes. Una posibilidad es el ingreso de Andrés D’Alessandro, que no jugó de entrada frente a Defensa, y la continuidad de Tomás Andrade. Otra chance es liberar a Nacho Fernández y ubicar a Iván Rossi en el doble cinco. ¿O debutará Denis Rodríguez? Difícil que Sebastián Driussi abandone el ataque y que el uruguayo Iván Alonso se sume al ataque. Habrá mayores indicios en los próximos días.
Fuente: Clarín