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Alberto Fernández viaja junto al ministro Guzmán y una mínima comitiva a Lisboa, Madrid, París, Roma y Ciudad del Vaticano, adonde tiene previsto un cónclave con Francisco a menos de cinco meses de la sanción de la Ley del Aborto legal.

Alberto Fernández visitará Lisboa, Madrid, París, Roma y Ciudad del Vaticano en cinco días corridos para reforzar su estrategia de negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y protagonizar un cónclave con el Papa Francisco después del encontronazo político causado por la sanción de la ley del Aborto en la Argentina.

Estrategia del presidente

El Presidente considera que no es posible cancelar con reservas del Banco Central los vencimientos de capital que vencen en 2020, y diseñó una estrategia que apunta a lograr que los países más poderosos del FMI acepten los Derechos Especiales de Giro (DEG) como forma extraordinaria de pago.

Los DEG funcionan como una moneda que crea el FMI para asistencia financiera y el G7 en las últimas semanas autorizó una ampliación de emergencia como consecuencia del impacto económico y social de la segunda ola del COVID-19. En este contexto, Argentina recibió 4.700 millones de dólares que no estaban en los cálculos de Alberto Fernández y su ministro de Economía, Martín Guzmán.

Pagos de capital

El Presidente y Guzmán resolvieron en una reunión a solas que los 4.700 millones de dólares en DEG tenían que destinarse a los pagos de capital establecidos en septiembre y diciembre de 2020. Con esa decisión estratégica cumplían con el FMI y evitaban una caída abrupta de las reservas del Banco Central.

Pero la decisión de Alberto Fernández y su ministro de Economía fue puesta en jaque ayer por los senadores kirchneristas que responden con obediencia debida a las indicaciones de la vicepresidente. Oscar Parrilli, junto a otros colegas de la bancada oficialista, desconoció la estrategia presidencial y logró que se aprobará un proyecto de Declaración que asigna otro destino a los 4.700 millones de dólares en DEG aportados por el FMI.

Las deudas se deben pagar

“Los diferentes operadores a través de los medios están intentando imponer la idea de que como la Argentina tiene deudas tiene que utilizar esos fondos para pagarla. Frente a esto, nosotros -por los senadores- nos referimos al Fondo Monetario y le pedimos que sea coherente respecto de los destinos que se le tiene que dar a los fondos”, opinó Parrilli.

Lo que el exjefe de los servicios de inteligencia de CFK no dice es que si esos 4.700 millones de dólares no se usan para pagar los vencimientos del 2020, Argentina puede provocar una reacción política en el FMI y un efecto dominó en los mercados con graves consecuencias económicas y sociales.

La situación es fácil de explicar: si los DEG no se usan para refinanciar la deuda de capital que vence en 2020, a Alberto Fernández y Guzmán le quedan tres alternativas: negociar un acuerdo de Facilidades Extendidas con el Fondo que debería iniciar en 2021, ordenar que Hacienda pague en septiembre y diciembre con reservas líquidas los 4.200 millones de dólares adeudados al FMI, o resolver que Argentina caiga en default pese al apoyo de los Estados Unidos, la Unión Europea y el Mercosur.

 

fuente: infobae

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