La empresa distribuidora de electricidad, el estado encargado de garantizar la iluminación de los espacios públicos como parte esencial de la seguridad y, sobre todo, los vecinos, que sufren a diario cortes de energía y el drama de vivir en lugares que se convierten en bocas de lobo. Las víctimas de la depredación de los entramados de cables que alimentan de energía la ciudad aumentan día a día, lo mismo que el costo de reposición de lo que se pierde con una modalidad delictiva ante la cual el sistema punitivo parece impotente.
La firma encargada de la distribución domiciliaria informó que en lo que va del 2023 se dañaron 45 transformadores y 700 medidores de electricidad. Quienes se dedican a cometer este ilícito, destruyen los artefactos para poder comercializar de manera ilegal sus componentes. Lo mismo sucede con los cables, que suelen ser robados para vender el cobre de su interior.
Sin embargo, desde la empresa comentaron que el robo de este elemento disminuyó considerablemente en el último tiempo, no porque se haya frenado el vandalismo, si no porque se reemplazaron los cables de cobre por cables de aluminio, por lo que dejó de ser un elemento de interés para quienes venden aquel metal.
Pero estos artefactos no fueron los únicos elementos del sistema eléctrico que se vieron afectados. El director de Alumbrado Público de la Capital, Enzo Mazzucco, explicó que los cables del tendido aéreo, de las columnas de iluminación, de los semáforos y también la luminaria del municipio, se convierten constantemente en blancos de ataques. Según informó, en los nueve meses que lleva el 2023 en San Miguel de Tucumán se sustrajeron aproximadamente 5.000 metros de cable y fueron dañadas 70 columnas.
El funcionario destacó que, a diferencia de lo que ocurría cuando comenzó el año, donde los robos se daban en zonas y barrios puntuales, como ser Manantial Sur y el barrio El Bosque, últimamente los ataques al cableado aéreo se vienen dando en lugares aleatorios y vandalizan las columnas que están ubicadas a lo largo de las avenidas: en las avenidas Roca, Colón y Camino del Perú robaron el cableado interno de 26 columnas. En la Adolfo de la Vega asaltaron 12; sobre el trayecto de la Mate de Luna a 20; en la avenida Juan B. Justo a 22; sobre la Sarmiento a cinco y en la Belgrano, ocho.
Los semáforos de la ciudad también fueron punto de ataque, especialmente los que están ubicados en la Belgrano, Roca e Independencia, lo que generó problemas en el tránsito.
El principal inconveniente es que no es un daño rápido de arreglar ya que los repuestos son más complicados de conseguir y la solución demora más de lo normal. En cuanto a los artefactos de iluminación, Mazzucco dijo que muchas farolas y postes de luz de los parques, paseos y plazas son dañados, dejando sin luz a los vecinos y también poniéndolos en peligro. “A veces dejan los cables al alcance de cualquiera entonces la gente queda expuesta al peligro de sufrir algún accidente”, indicó.
El robo a las columnas y el daño a las farolas públicas provocó que decenas de cuadras quedaran completamente a oscuras y se potencie la inseguridad. La teoría que manejan desde el municipio es que quienes realizan estos ilícitos no lo hacen con el fin de sacar el cobre de su interior para venderlo ilegalmente, si no que lo hacen para generar situaciones de hostilidad y poder asaltar a los ciudadanos.
“En muchos de esos lugares los cables ni siquiera son de cobre sino que están hechos de otros materiales que no tienen el mismo valor; por eso estimo que en algunos casos es para ingresar a los domicilios, para asaltar gente en la calle o para robar los medidores de gas y electricidad”, detalló Mazzucco.
A diferencia de lo que sucede en San Miguel de Tucumán, las autoridades de Yerba Buena, creen que el robo de cables si está destinado al comercio ilegal. El secretario de Seguridad del municipio, Mauricio Argiró informó que este año sólo se registraron tres casos de vandalismo en la zona del Camino de Sirga. “La empresa que está encargada de parte de las obras del Parque Prebisch cavó y quedaron los cables a la vista que posteriormente fueron sustraídos. Algo similar sucedió dos veces más en la misma zona; pero no tuvimos otro hecho más”, indicó.
Según dijo, la Secretaría de Seguridad está fijando su atención de manera especial en el robo de cables. “Estamos trabajando en conjunto con la Policía sobre la vigilancia del Camino de Sirga porque es donde se dieron esos hechos. Además estamos tratando de que la Brigada de Investigaciones se aboque al tema de quiénes son los reducidores de los cables. Es necesario que la Justicia investigue quienes compran los cables robados para después venderlos por kilo”, concluyó.