El sanatorio que inauguró el martes Hugo Moyano permanece cerrado. Lo recorrió con funcionarios como si ya estuviera listo, pero todavía sigue en obra y tapiado.

Ya hubo inauguración con bombos y platillos. Hubo torta de cumpleaños con bengala y todo. Discursos y aplausos. Pero el sanatorio Antártida, que el camionero Hugo Moyano exhibió orgulloso el martes ante sus invitados, presenta aún hoy un panorama similar al de los últimos años: con carteles de obra, tapiado y sin ningún movimiento que permita presumir que comenzará a recibir pacientes en los próximos días.

Como solía hacer Cristina Kirchner durante su gestión, con obras que se inauguraban y tiempo después se volvían a inauguran otra vez, el acto en el sanatorio del gremio de Camioneros en el barrio de Caballito pareció haber sido apurado por la coyuntura. Para que coincidiera con el cumpleaños número 74 de Moyano y, tal vez, para dar una señal de fortaleza en medio de una ofensiva judicial contra varios sindicalistas que no deja afuera al ex titular de la CGT y su familia.

De hecho, la primera vez que Hugo Moyano inauguró junto a su mujer Liliana Zulet el Sanatorio Antártida, en diciembre del 2009, su hijo Jerónimo tenía 11 años (ayer también lo acompañó desde la primera fila en la reinauguración) y él estaba a dos meses de cumplir 66.

Ya entonces colgaba en el centro del hall de ingreso una enorme araña de luces, las columnas estaban revestidas de símil mármol blanco e incluso habían colocado las butacas de cuero blanco en el auditorio donde el secretario general de los choferes de camiones dijo que está entre los sindicalistas “que hacemos cosas”. Entonces fue el ministro de Salud Juan Manzur quien le elogió los quirófanos y las distintas salas tras recorrer las habitaciones para más de 300 camas, la unidad coronaria y las salas de terapia intensiva y pediátrica, entre otras.

Sucede que la obra en la avenida Rivadavia al 4900 lleva años. Y en el último tiempo se vieron pocos avances. Por eso sorprendió cuando se anunció la inauguración. Y más sorprende ahora que el panorama siga siendo el mismo que el que los vecinos de Caballito se acostumbraron a ver hace tiempo.

Eso no impidió que Moyano hiciera el martes su puesta en escena. Ante el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, el camionero se encargó de enviarle un mensaje a la Casa Rosada: “Nunca me gustó andar detrás de ningún gobierno”, dijo. Y defendió a los jefes sindicales al señalar que “a pesar de todo lo que se dice de la dirigencia gremial, no todos son malos”. Un detalle que contó este medio: tuvieron que improvisar una rampa para que pudiera subir Triaca con su silla de ruedas.

En las últimas horas, se conoció un último informe de la Unidad de Información Financiera (UIF) que denuncia “irregularidades en la administración de los recursos” de la empresa Aconra SA, la empresa constructora de la familia Moyano que estuvo a cargo de las obras del nuevo y lujoso centro médico que tendrán los afiliados del sindicato en Caballito. En la presentación se apunta a operaciones por más de 200 millones de pesos que esa compañía -y otras dos de la familia Moyano- realizaron con el gremio de Camioneros

fuente: infobae

Comments

Comentarios