Desde la Secretaría de Innovación y Desarrollo Tecnológico celebraron el acontecimiento científico.

La ciencia argentina llegó al espacio exterior a través de desarrollo del satélite Saocom 1B. Un nuevo hito nacional que no se detuvo a pesar de la pandemia de coronavirus. El satélite nacional Saocom 1B tuvo un lanzamiento exitoso ayer  y a las 20.33 ya estaba en su órbita. Lo hizo a bordo de un cohete Falcon 9 de la compañía Space X que despegó desde la base de Cabo Cañaveral ubicada en Florida, Estados Unidos.

El acontecimiento fue celebrado en Tucumán por Mariano Garmendia, secretario de Innovación y Desarrollo Tecnológico de Tucumán; y por Miguel Cabrera, decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad Nacional de Tucumán quienes coincidieron que el satélite brindará servicios valiosos para la actividad científica, productiva, ambiental y defensa de la soberanía nacional.

El logro es el resultado de años de investigación y desarrollo tecnológico obtenidos a través de  la confluencia de los más distinguidos profesionales de las universidades públicas del país que trabajan en la Comisión Nacional de Actividades Espaciales y la empresa sociedad del Estado, Investigaciones Aplicadas (Invap).

Luego de la propulsión hasta el cielo de la nave que lleva la bandera argentina, se vio celebrando el acontecimiento a los científicos de la Conae en Córdoba y de Invap en Bariloche, profundamente emocionados y vestidos con sus delantales blancos y barbijos. Misión que generó expectativas en el pueblo argentino, especialmente en los referentes de los sectores científico productivos.

Al  respecto, Garmendia opinó: “la construcción del satélite indica un valioso desarrollo tecnológico para el país y una continuidad de la Conae como una estructura de desarrollo científico muy importante”.

Sobre los servicios del vehículo espacial que será monitoreado desde suelo argentino, el funcionario dijo: “es una herramienta que prestará servicios para la agricultura, el monitoreo de suelos y de la plataforma marina argentina que es extremadamente rica en recursos naturales. Argentina exporta casi la misma cantidad de proteína de animales de tierra como de mar. Se podrá luchar contra la pesca clandestina y servirá para la seguridad nacional”.

Analizó que si se tiene en cuenta que la Argentina es un país bicontinental, con la Antártida como una importante parte del suelo nacional, un reservorio invaluable con gran potencialidad que podrá ser relevado desde el espacio con fines científicos.

Trabajo conjunto entre la provincia y la CONAE

Como Secretaría de Innovación y Desarrollo Tecnológico “trabajamos en convenios para utilizar herramientas de la Conae para conocer indicadores de la humedad de suelos, los recursos hídricos, mapas de rendimiento para analizar prácticas de cultivo y áreas sustentables. Estudios y planificación de áreas urbanas, entre otras aplicaciones”.

Agricultura satelital

Si bien en la zona central del país, en la pampa húmeda, hay una trayectoria en el trabajo agropecuario con información satelital, esto no tuvo su réplica en el noroeste argentino salvo en la industria citrícola: “No estamos acostumbrados a la agricultura satelital en el norte argentino. Sí en el limón pero creo que hay un potencial importante  para su aplicación en otros cultivos. Esto también sirve para la gestión de áreas protegidas como el Parque Nacional Aconquija. Esto abre posibilidades de trabajo y permitirá exportar esta tecnología desarrollada a partir de empresas autogestionadas que son del Estado”.

Las expectativas de la ciencia tucumana

El decano Miguel Cabrera, ingeniero electricista y doctor en Física de la Atmósfera con una larga trayectoria científica en el país como en el exterior, explicó que el satélite fue diseñado para la observación de la superficie terrestre: “es considerado un satélite grande porque tiene tres toneladas. Porta un radar de apertura sintética. El satélite fue lanzado y alcanzó una órbita polar a 600 km de altura”.

El académico graficó que el dispositivo gira alrededor de la tierra de norte a sur entre los dos polos como “un ovillo de lana que envuelve la tierra de forma elíptica. El satélite pasa por el territorio argentino y su sistema de radar emplea una banda L, una frecuencia para escaneo del terreno mediante fotos secuenciales. Analizando el reflejo del suelo se puede saber cómo están las cosechas, la desertización, el avance de incendios, estudiar la superficie en tierra y mar”.

Tecnología local

Cabrera detalló que la misión Saocom permitió que “trabajen destacados graduados de las universidades argentinas. El proyecto no es de integración de tecnología adquirida en el exterior. Sino que gran parte de la integración se hizo en base a componentes que se fabricaron en el país como la plataforma de vuelo, paneles solares, electrónica de telecomunicaciones, antenas, sistemas conectorizados, trasmisores y receptores del equipo”.

El desarrollo de tecnología espacial propia “brinda ventajas competitivas porque se pueden fabricar herramientas con valor agregado que generan riquezas para el país” y señaló que si bien el satélite tiene propósitos científicos puede prestar un sinfín de servicios para el sector privado.

Será operado desde suelo nacional

“Para su construcción se utilizó mano de obra argentina. Profesionales de electrónica, computación, informática, ingeniería mecánica y desarrollo de software. Es un vehículo autónomo controlado desde tierra con las telemetrías de las estaciones en Córdoba y Tierra del Fuego. Las universidades aportaron recursos humanos muy capacitados a la Conae e Invap”, subrayó.

Cabrera recordó que la Facet, desde el inicio del Invap en la década del 80’pasaron más de 15 ingenieros tucumanos. En la actualidad hay seis ingenieros de la Universidad Nacional de Tucumán que trabajan en proyectos de satélites. A su vez, la Facultad tucumana participa en el desarrollo de antenas para otro radar.

“Para nosotros es un orgullo. Los recursos humanos formados en la Universidad son de primer nivel. No hay nada que envidiarle a otros países. Doctorandos que tenemos en los laboratorios de telecomunicaciones trabajan en Invap con proyectos que tienen que ver con aeronavegadores comerciales que son sistemas de guiados para vuelos comerciales”, señaló.

Por último, Cabrera contó que Ciencias Exactas tiene un convenio de colaboración científica con Invap para tener acceso científico a los datos. Además, la información se gestiona a través del Ministerio de Ciencia y Técnica de la Nación.

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