Los chicos se consagraron a pesar de perder el último partido por 4 a 1 con Ecuador. Argentina tuvo buen juego y lindas actitudes. El grupo trabaja junto hace dos años. Ya se había clasificado al Mundial de Brasil.
Menos mal que esta aventura no se acabó en la primera ronda, en aquel clásico decisivo con Brasil. ¿Qué habría ocurrido si ese día Argentina no dibujaba el 3-0 imprescindible para evitar la eliminación? ¿Qué habría pasado si Bruno Amione no aparecía para empujarla en el tercer minuto adicionado? ¿Qué se habría dicho en un mundo futbolero híper exitista de esta Selección Sub 17 dirigida por Pablo Aimar si no atravesaba la fase de grupos? Seguro se hubiera desatado un vendaval de discursos destructivos. Menos mal que la historia continuó hasta desembocar en este final. Con Argentina llegando clasificada al Mundial antes del último capítulo. Con los pibes perdiendo 4 a 1 con Ecuador en el cierre, pero logrando el título igual y dejando mensajes de los lindos.
Un tiempo de trabajo como respaldo
Este grupo de jugadores argentinos no rescata ahora su primer éxito. Vale, por ejemplo, retroceder hasta noviembre de 2017. En esa época eran aún más chicos. Integraban el Sub 15 y gozaban en San Juan, en el Sudamericano, ganándole la final a Brasil por 3 a 2 tras ir perdiendo por dos goles. Ahí empezó todo.
Una filosofía sana que no nació ahora
Aquella noche del Sub 15 en San Juan, también el gol decisivo ante Brasil lo hizo Amione. Además, aquella vez quedó grabada una definición de Pablo Aimar: “Esto no pasa por el resultado final. Creo que nosotros hemos ayudado a estos chicos a ser un poco mejores de lo que eran hace cuatro meses. Queríamos que fueran educados y respetuosos. Si se terminaba con un título, mejor. Estos chicos han generado un recuerdo imborrable, se han hecho amigos, han disfrutado de ser futbolistas y han entrenado con una sonrisa”.
Aimar en el Sub 15 era ayudante de campo. El cargo de DT lo desarrollaba Diego Placente. Dos ex Pekerman Boys. Con el sello de José marcado a fuego.