Lo aprobó el Senado. Argentina se suma a Colombia, Chile y Uruguay, que ya regulan la utilización de esta sustancia con fines médicos.
No hizo falta el debate. En trámite exprés, de manera unánime con 58 votos a favor y ninguno en contra, en lo que para muchos marca un avance histórico, el Senado nacional convirtió anoche en ley el proyecto que habilita el uso del cannabis medicinal, pone en marcha en el país la investigación médica y científica en la materia, y garantiza el acceso gratuito al aceite que se extrae de la planta, que en un principio se importará desde los Estados Unidos.
Distintas organizaciones se acercaron hoy al Congreso para presenciar la sesión en la que se aprobó el uso de cannabis medicinal en la Argentina. Foto: REUTERS/Marcos Brindicci
En el Salón de las Provincias del Senado, donde seguían la sesión, estallaron los aplausos y los abrazos entre los familiares de los pacientes que sufren dramáticas enfermedades y son usuarios del aceite de cannabis. Y que fueron impulsores decisivos de esta norma, junto con sectores de la comunidad médica y científica que defienden su uso terapéutico.
La ley establece un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y paliativo del dolor de la planta del cannabis y sus derivados. Para eso, se crea un Programa Nacional en la órbita del ministerio de Salud.
El autocultivo de cannabis para producir el propio aceite y que reclaman asociaciones como Mama Cultiva quedó excluido de la legislación y por lo tanto seguirá siendo ilegal. La cuestión del autocultivo fue central en el debate de los últimos meses. La oposición lo seguirá reclamando, pero acompañó igual el proyecto del oficialismo de Cambiemos, más “restrictivo”, igualmente considerado un avance formidable.
Valeria Salech, presidenta de Mama Cultiva, explicó que el aceite importado en muchos casos no les ha dado el mismo resultado que el que ellas mismas producen, por lo que anticipó que seguirán cultivando las plantas de cannabis. Muchos legisladores han advertido la necesidad de darles un amparo legal que hoy, pese a la ley, no cuentan.
En el Senado no hubo debate y todo se resolvió en menos de tres minutos. Se sometía a votación el proyecto aprobado en Diputados por 221 votos en el 23 de noviembre pasado. Tras un extenso debate previo por la ley de Emprendedores, la propuesta de pasar a votar directamente el proyecto de cannabis medicinal fue del senador Juan Abal Medina, quien razonó que las madres y familiares llevaban seis horas esperando una sanción que era cantada. Y así se hizo.
Según la ley, las personas que se incorporen al programa del Ministerio de Salud tendrán garantizado “el acceso gratuito al aceite y demás derivados“. Además, se podrá autorizar el cultivo de cannabis por parte del Conicet y del INTA, con fines de investigación médica y científica, y para elaborar la sustancia para el tratamiento. La ley establece que se fomentará la producción en el país, a través de los laboratorios públicos nucleados en ANLAP (Agencia Nacional de Laboratorios Públicos). Hasta tanto se ponga en marcha la producción nacional, la ANMAT permitirá la importación del aceite, que se fabrica en los Estados Unidos.
La ley es producto de una larga lucha de las familias de personas afectadas por epilepsia refractaria o autismo, entre otras dolencia, como Mama Cultiva y CAMEDA, que en muchos casos llegaron con sus chicos enfermos al Congreso y participaron activamente de los debates en comisiones desde hace meses.
Argentina se une a países de la región como Colombia, Chile y Uruguay, que ya cuentan con medidas que regulan el uso terapéutico del cannabis.