Las agencias espaciales norteamericana (NASA) y europea (ESA) observaron en las últimas semanas una “significativa” caída en los niveles de dióxido de nitrógeno NO2) en el espacio aéreo chino como consecuencia del brote de coronavirus.
Las observaciones coinciden perfectamente con los tiempos de difusión de la epidemia y las decisiones del gobierno chino, que el 23 de enero cerró el transporte desde y hacia Wuhan, el foco epidémico inicial, y los negocios locales, para reducir la expansión del virus, en lo que fue la primera de varias severas cuarentenas dispuestas en China y en otros lugares del mundo.
El dióxido de nitrógeno es un gas que emiten los motores a combustión, las centrales de energía y las plantas fabriles.
Las imágenes aéreas tomadas por satélites e instrumentos troposféricos de las agencias espaciales compararon las imágenes en una amplia área en torno de Wuhan en tres períodos iguales de 2019 y 2020 (ver imágenes).
Año Nuevo Lunar
La primera imagen, antes de la cuarentena , coincide con el inicio del Año Nuevo Lunar en China y otras partes de Asia, cuando suelen observarse caídas en los niveles de dióxido de nitrógeno. El inicio de ese período y los millones de desplazamientos asociados a él en la provincia de Hubei, de la que Wuhan es la capital, fue probablemente uno de los factores que más contribuyó a la difusión del virus, pese a las drásticas medidas posteriores del gobierno chino.
Pero esas oscilaciones en los registros han sido históricamente menores comparadas con los que se observan actualmente.
“Es la primera vez que veo una caída tan dramática sobre un área tan grande debido a un evento específico”, dijo Fei Liu, un investigador de calidad del aire del “Goddard Space Flight Center” de la agencia espacial norteamericana.
Liu detectó una caída en los niveles de dióxido de nitrógeno en varios países durante la recesión económica mundial iniciada en 2008, pero esa fue una reducción gradual.
En cuanto a fenómenos observados en China, los científicos de la NASA y ESA también observaron una reducción de los niveles de dióxido de nitrógeno durante los Juegos Olímpicos de Beijing, pero aquella vez sobre un área muy pequeña en torno de la capital china. Además, los niveles volvieron a subir apenas terminaron los Juegos.
Esta vez, en cambio, la caída es más profunda, más sostenida en el tiempo y geográficamente más extensa, a medida que el gobierno chino fue ampliando las cuarentenas en diversas zonas y ciudades “en una de las mayores acciones de ese tipo en la historia de la humanidad”, dice el informe publicado en la página web de la NASA.