En el emprendimiento “Higos Felices”, ubicado en esa localidad, a unos 20 kilómetros de San Miguel de Tucumán, los visitantes pueden disfrutar de la riquísima variedad Brown Turkey, almibares, mermeladas y vinagres de alta calidad. Un verdadero paraíso para el descanso.
Almorzar en uno de los días del fin de semana y desplazarse a un lugar para disfrutar el dulce sabor de los higos Brown Turkey, o como los conocemos popularmente, higos turcos, puede ser la llave para abrir la puerta de un verdadero paraíso. El emprendimiento hace honor a su nombre, “Higos Felices”. La atención a los visitantes es sábados y domingos desde las 15 a las 18. Allí los recibirá el ingeniero Rodolfo Lescano, quien junto a su familia, los atenderán con amabilidad para que se sientan como en casa, al punto que cortarán en persona esas delicias, de las 1800 plantas que componen el predio de cuatro hectáreas.
Esa sola actitud le da un clima de familiaridad y confianza al visitante, que puede cortar los frutos, incluso comerlos mientras lo hace, y al mismo tiempo cosecharlos y colocarlos en cajas acondicionadas a tal fin, para poder seguir disfrutando en casa del sabroso sabor de los higos.
El hermoso lugar, bautizado como “El Terruño”, se encuentra enmarcado por un paisaje de suaves ondulaciones propias del monte tucumano y del pie de las Sierras de San Javier, rodeada de plantaciones de cítricos con la pre cordillera de Los Andes de fondo y surcado por las cristalinas aguas del arroyo La Perdiz. El tranquilo rumor del caudal transcurriendo completan una sensación propia del placer que significa desconectarse de la ruidosa cotidianeidad urbana.
El anfitrión recibe en persona a los visitantes, los ubica en mesas en donde luego pueden disfrutar del tradicional mate, al tiempo que degustan un exquisito dulce de higos pisados sin cargo. La tarde transcurre apacible ante tanta belleza natural y dulzura.
Lescano convoca a los presentes en un momento dado, y los invita a un recorrido, en el que explica que la fertilidad de sus suelos y la plenitud del sol tucumano posibilitan la producción de estos deliciosos higos de alta calidad para su consumo en fresco.
También comenta que en el lugar se elaboran almibares y mermeladas de muy buen sabor. En tanto que, a través de un cuidadoso proceso de fermentación y guarda de la mejor fruta dulce y madura, se elabora un producto diferenciado, 100% natural y artesanal: viñagre añejado de higos.
El ingeniero muestra los recipientes en los que se coloca alrededor de 120 kilogramos de higos, para posibilitar su fermentación y decantación. El vinagre que se produce luego es estacionado para su añejamiento, lo que le da un sabor especial y único.
Posteriormente, los visitantes pueden degustar vinagres de dos y siete años de estacionamiento. Las diferencias en el añejamiento son captadas por los paladares, dejando una sensación de estar ante un producto que no puede faltar, no sólo en las ensaladas, sino en otras preparaciones como carnes que pueden ir al horno o la parrilla.
Más tarde, el sol va cayendo y las luces de faroles artesanales se encienden para dar la despedida a los turistas y encender el deseo del regreso.