Las posturas críticas del entonces candidato a la intendencia de Yerba Buena, y actual titular del Ejecutivo de esa ciudad, Mariano Campero, se diluyen en la errática gestión en la que repite los errores que antes criticó. La contratación directa de una consultora con domicilio inexistente lo hermana con Boudou y suma un nuevo paso en falso para el joven funcionario.
Entre las diferentes causas que afrontó y afronta el ex vicepresidente argentino, Amado Boudou, sobresale por lo llamativa la fijación de su domicilio en un médano de una playa de San Bernardo. La dirección en cuestión, fijada en tiempos en que se desempeñaba como secretario de Hacienda y Finanzas del Municipio de La Costa, era Costanera 3365, San Bernardo. Luego de conocido el escándalo, el ingenio popular la bautizó como “el médano de Boudou”.
En la vereda opuesta, en el ámbito de la política, se encuentra el actual intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, quien por estos días pasó por un papelón similar al descubrirse que una empresa consultora que contrató, Reale Dalla Torre Consultores S.A., había consignado un domicilio inexistente en la calle Paraguay al 1.200 de la “Ciudad Jardín”.
Las explicaciones que, en torno a este error, realizó el propio jefe de Gabinete yerbabuenense, Manuel Courel, fueron más desafortunadas todavía, al sostener que se trató de un error administrativo. El funcionario argumentó que debido a una disposición interna, los contratistas deben tener domicilio en el municipio, condición que la consultora, con sede en la provincia de Mendoza, no podía cumplir, por lo que se consignó ese “domicilio especial”.
Las argumentaciones de Courel dejaron entrever que se inventó el domicilio a fin de que la empresa contratada pudiera cumplir con el mencionado requisito de residencia en la “Ciudad Jardín”, por lo que se espera que los organismos de contralor y el propio Concejo Deliberante pidan explicaciones en torno a este grosero error.
Sin embargo, lo que más preocupación genera en torno al estilo de gestión que viene imprimiendo Mariano Campero, es el parecido con la anterior gestión de Daniel Toledo, con contrataciones directas y sin ofrecer las explicaciones necesarias para un manejo transparente de los recursos municipales. En el caso en cuestión, el monto pagado por la contratación de Reale Dalla Torre Consultores S.A., asciende a 223.000 pesos. Cabe recordar que las contrataciones directas tienen un tope de 14.999 pesos, según lo establece el régimen vigente en ese municipio.
Sin embargo, existen excepciones previstas en la ordenanza 1299, que fueron invocados para poder concretar la mencionada contratación. Se establece que las contrataciones de artistas, técnicos o científicos se pueden realizar de manera directa, sin tener en cuenta tope alguno de monto de dinero. Utilizando ese atajo, la gestión de Campero ya contrató en su momento al Dúo Coplanacu y a Los Huayra; además del consultor colombiano Gustavo Restrepo y al estudio Marchese, Grandi; Mesón & Asociados, quienes prestaron servicios en la reorganización del área de Compras.
Palabra de Campero
“Acá no hay rarezas. Me hago cargo. No tengo nada que esconder; al contrario. El eje de mi gestión es la transparencia. En menos de un mes, la empresa presentará su informe”, había señalado a un medio escrito de la provincia el intendente de Yerba Buena, Mariano Campero. Pero sus explicaciones perdieron fuerza por el escándalo de la dirección apócrifa presentada por la consultora con asiento en Primitivo de la Reta 1010, 5º piso, departamento A, en la capital mendocina. Al respecto, Campero no dio explicaciones, sino que lo hizo su jefe de Gabinete.
La imagen de Campero sigue cayendo ante el electorado que lo ungió intendente, confiado en que era la imagen del cambio, una transformación que en la práctica se demora.