La Selección, aún sin brillar, jugó mejor que el equipo local y tuvo varias chances para que la diferencia fuera mayor. Hubo buenas conexiones entre Messi y Agüero.
La Argentina venció 1-0 a Rusia en la tierra del Mundial con gol de Sergio Agüero, quien volvió a la Selección tras el accidente, y mostró buenos indicios en la reinauguración del estadio Luzhniki, donde se jugará la final de la Copa del Mundo.
Sampaoli puede estar satisfecho: el equipo mostró buenos indicios de juego en Moscú. Agüero se entendió a la perfección con Messi, anotó y, después de convertirse en el goleador histórico del Manchester City, quedó como tercer máximo artillero de la Selección. Pavó ingresó ycumplió con la asistencia al Kun. Otamendi fue el mariscal del fondo. Kranevitter, de menor a mayor, se fue adueñando del mediocampo. Romero respondió cuando lo probaron.
Más allá de la falta de contundencia, porque fueron varias las chances, la Argentina fue la que controló la pelota, abrió los espacios, priorizó el toque, con paciencia, con prolijidad, y encontró el lugar para atacar. ¿Qué faltó? Afinar el tiro final para vencer al arquero ruso, Akinfeev.
Punto a mejorar: la pelota parada. Ese fue el punto débil del equipo, aunque no empaña la volumen de juego y la superioridad de la Argentina frente a Rusia en Moscú.
La idea de Sampaoli se empezó a potenciar, comienza a crecer un estilo, un sistema. El sueño es volver al estadio Luzhniki en la final del Mundial. Hay un camino largo todavía. Pero el arranque es alentador.
Fuente: OLé