Esta definición le pertenece al periodista tucumano Luciano Núñez, radicado en Cancún (México) desde hace más de una década y actual director del Grupo Pirámide. El comunicador social vino a la provincia para la presentación de su libro “Voces que regresan…”, presentado en los últimos días de diciembre.
Vestido de impecable guayabera blanca, con tonos azules en detalles que hacen más delicada su indumentaria que sabe soportar los calores del caribe y también los del Tucumán subtropical que nunca olvida, Luciano Núñez deja de lado las emociones de la presentación de su libro, que escribió y compaginó en conjunto con el periodista tucumano Luis Monti, y el ingeniero Jorge Perera, para hablar de su labor periodística y de las realidades políticas contrastantes de México y Argentina.
“En México jamás se preocuparían por una grieta política como en Argentina. Los amigos no se bloquean en las redes sociales o se dejan de hablar por diferencias políticas. Tampoco se sorprenden por el accionar de los políticos, porque allá las diferencias ideológicas se dejan de lado de manera casi sorprendente”, afirma el periodista.
Al requerir más precisiones, ejemplifica: “allá la izquierda más recalcitrante, esa que apoya el aborto y el matrimonio igualitario se alió con la derecha que defiende el derecho del niño a nacer y que está en contra de que las personas del mismo sexo se casen. ¿Y quieres que te cuente el resultado de esa alianza imposible de pensar? Triunfó en muchas elecciones municipales y se alzó con 12 de las 32 gubernaturas. Un caso que no creo que se podría dar en Argentina.
Luciano cruza sus piernas largas y deja ver sus zapatos al tono de los adornos azules de su guayabera, que ya le fue alabada por varios de los presentes en la presentación del libro. Y llega la pregunta:
-¿Se entiende entonces lo que pasa en la Argentina?
-Puede ser pura estrategia y se nota una gran responsabilidad, no sólo en la clase política sino también en los medios de comunicación, en la construcción de la tan mentada grieta, que divide a los argentinos.
-¿Cómo es la labor periodística en México?
-No difiere mucho de la actividad en otras partes del mundo. Los medios de comunicación toman la materia política como una de las ofertas a sus lectores, pero en muchos de los casos la gente ya está cansada de la clase política. Es por ello que alianzas como la que te conté, tienen éxito. Cuando los caminos se agotan, la experimentación es válida.
-¿Extrañas Tucumán?
-El desarraigo siempre es doloroso. Uno busca su lugar en el mundo y desempeña la profesión que más le gusta. Eso no tiene precio. Ya sea en México o en Argentina. Gracias a Dios tengo la posibilidad de regresar cada tanto, abrazar a los míos, compartir con los amigos y colegas momentos de recuerdos y charlas medulares. No se puede abdicar a esos lazos tan fuertes que le llenan a uno el alma.
-¿Qué te dejó la presentación de este libro?
-Me hizo volver a tiempos de la redacción del Diario El Siglo, en donde había una verdadera ebullición cultural, que fue la que dio vida al suplemento literario “Caballo Verde”. Fue tanto en entusiasmo y la energía, que esa publicación de corta vida, como aquella revista homónima que fundara Pablo Neruda en su exilio español, dejó una huella profunda en los tucumanos.
-¿A qué atribuyes eso?
-Justamente a esas voces de grandes personalidades de la cultura tucumana que vuelven en estas páginas y que, en muchos casos, tuve el honor y el placer de entrevistar. Sería bueno que la gran mayoría de los tucumanos pudieran conocer a estos grandes hombres y mujeres, muchos de los cuales ya no están en este mundo, al menos físicamente.
La charla termina, pero el reencuentro siempre es generoso con Luciano y sus amigos de Tucumán, se extiende en largas horas de charla que podrían ser el pretexto de un nuevo libro. Quizás haya nuevas presentaciones.