Por Marcelo Pérez para Diario Cuarto Poder / En política las peleas y traiciones son moneda corriente, y desde que volvió la democracia en 1983, hasta la fecha, se contabilizan cientos de casos de traspasos de un partido a otro o abandono de espacios políticos. Lo malo de todo es que si bien ellos (los políticos) están acostumbrados a traicionarse, pelearse y después juntarse de nuevo (por conveniencias, obvio), los votantes no tienen por qué aceptarlo o soportarlos.
Mal enfocado
Muchos están enfocados en la pelea entre el gobernador Juan Manzur y su vice Osvaldo Jaldo. Especulan quién ganará las PASO el próximo 12 de septiembre y cuál de los dos se “jubilará” de manera anticipada de la política. Muchos dicen que esta pelea dejará un tendal de “caídos” dentro del PJ; pero no se olvidan que esto es “política” y que, en la arena política, a pesar de que se tiren con todo, nadie se muere ni se va del todo. Hay mucho en juego como para hacerse el loco.
La Betty Ávila
Y ahí está el caso de Beatriz Ávila, la actual diputada tucumana por Juntos por el Cambio quien ni bien asumió la banca en 2019, renunció al partido por el cual había llegado al Congreso y se alió a otro bloque cerca del kirchnerismo. Su defensa ante la brutal “traición” (no tanto al partido por el cual se postuló, sino hacia el votante) fue que “no se sentía representada por la política implementada por coalición de Cambiemos ni por Mauricio Macri”.
En todo caso, si no se sentía representada por Macri y Cambiemos eso no surge de la noche a la mañana. Todo lo planeó meticulosamente: uso el aparato de Macri y engaño al electorado para alcanzar su objetivo y después hacer la suya.
Se burló de los votantes
Apenas se supo que Beatriz Ávila dejaba su banca del bloque de Juntos por el Cambio para formar parte de la Unidad Federal para el Desarrollo del mendocino José Luis Ramón. Mauricio Macri, calificó tal decisión como una “traición a los votantes”.
No era para menos, la esposa del intendente de la Capital tucumana, Germán Alfaro, daba un portazo a la fuerza política que le permitió alcanzar la banca, defraudando a los cientos de miles de tucumanos que votaron toda la lista de Cambiemos.
José Cano, el principal referente de Cambiemos en Tucumán, había opinado en Twitter que Ávila dejó “de lado los valores que nos unieron”. “Lamento la decisión que tomó de apartarse de los tucumanos que la eligieron, dejando de lado los valores que nos unieron”, había señalado Cano.
Un año después de aquel papelón, Ávila volvía ser noticia por dejar el bloque Unidad Federal para el Desarrollo y decía: “No tenemos que sumarnos a los dos grandes frentes, que son Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, tenemos que acordar con ellos, que es distinto”. (Somos esclavos de nuestras palabras).
Con cara de hereje
Pero la necesidad tiene cara de hereje y eso Juntos por el Cambio lo sabe y bien; por eso después de todo el daño que le hizo Ávila a Cambiemos y a sus votantes, vuelven a buscarla y la esgrimen como “la mejor opción” frente a los radicales José Cano-Silvia Lías de Pérez, o la dupla de intendentes Mariano Campero-Roberto Sánchez.
Sí, en la interna de Cambiemos para las PASO, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich apoyarán a Ávila y Alfaro, dos peronista, en desmedro de los dirigentes radicales y del PRO.
Rodríguez Larreta estaría armando su candidatura presidencial para 2023 y sabe que para ganar también necesita del voto peronista. Hete ahí su arrodillamiento ante Alfaro y Ávila.
El jefe de gobierno porteño quiere sumar a su quintita el voto de los peronistas desencantados con Manzur y Jaldo, y ahí surgen Alfaro como su ancho de espada y su esposa liga por añadidura.
Quien traiciona una vez…
Cuando en 2019 Ávila abandonó el bloque de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich fue una de las que más criticó, pero el domingo pasado, de campaña por Tucumán, le dio todo su apoyo. “Ese fue un momento de tensiones”, reconoció la líder de Pro en una conferencia de prensa en la que Ávila estaba a su lado. La miró a Ávila y continuó: “Hemos visto su conducta en el Parlamento. Se fue, pero no se fue. Esperemos que ahora nos dé un sí, como un nuevo matrimonio”.
Ávila, en tanto, reconoció las diferencias que la llevaron a la ruptura en 2019 con la coalición por la que había sido elegida diputada: “Yo defendí mi identidad partidaria cuando me fui. Había diferencias, pero había más coincidencias. Voy a incorporarme dentro de Juntos por el Cambio, con mi bloque, Partido por la Justicia Social”.
No caer en las mentiras
En Cambiemos piensan que de mantenerse la pelea entre Manzur y Jaldo la oposición, unida, tendrá más chances de ganar en la provincia. Pero lo cierto es que en la oposición la desunión y las diferencias son también muy fuertes. Todos se sienten cabeza de león pero al final terminan siendo cola de ratón. Por eso Cano avisó que gane quien gane, en las PASO, los que pierdan deberán acompañar. Y lo reiteró, por sí algún distraído no oyó. Sabe que no será así (ya pasó en otras elecciones). Mientras tanto, “Ricardito” Bussi se frota las manos.
Y es que quien renuncia a la lealtad y traiciona, nunca vuelve a recuperar ese valor perdido. Por eso hay un refrán muy conocido que dice: “El que engaña una vez, engaña siempre”.
Está en los votantes no caer de nuevo en la trampa: “Si me engañas una vez, me engañas tú. Si me engañas dos, me engaño yo”.