Por Manuel Rivas – Diario Cuarto Poder. Con ese rostro con rasgos similares al Padre de la Democracia, su propio padre, Ricardo Alfonsín sostiene: “hay quienes piensan que no tiene sentido ser radical. Nosotros creemos que si la Unión Cívica Radical dejara de existir, tenemos que volverla a inventar. Hay que reinventar la UCR sin traicionar su identidad”. Son expresiones que los dirigentes de todo el país, reunidos en Tucumán, quisieron transmitir a los argentinos.
-Usted dijo que hay que ir detrás de las ideas y no de los cargos,¿está decepcionado del rol actual de la UCR?
-Hice referencia a lo que (Raúl) Alfonsín advertía sobre los problemas que entrañaban los personalismos para las ideas. Por eso decía: “sigan la ideas, no sigan a hombres”. Hoy tenemos que repetir esas cosas y hablar de los riesgos que representa el “carguismo” para las ideas. Ahora tendríamos que decir algo más grave: no sigan cargos, sigan ideas, porque las ideas nos acompañan toda la vida.
-¿La UCR está dominada por el “carguismo”?
-Me parece que últimamente, por lo menos un sector importante de la sociedad ha priorizado los cargos por sobre las ideas. Esto es muy grave, pero no solo para la UCR sino muy grave para los argentinos porque los cargos no sirven para nada. El poder no sirve para nada si no está al servicio de determinadas ideas.
-¿A dónde nos deberían llevar esas ideas?
-Para nosotros esas ideas tienen que ver con la necesidad de construir una sociedad más justa. ¿Qué es una sociedad más justa? Es difícil definirla. Pero podríamos decir que es una sociedad en la que se garantizan ciertos derechos fundamentales. No sólo se los reconoce, se asegura el ejercicio de esos derechos. Si no nos garantizan el derecho no nos sirve. Es como tener piernas y no poder caminar. Esa es la democracia social, la que es capaz de reunir el derecho con los hechos.
-¿El adversario del radicalismo es el capitalismo salvaje?
-Es el adversario de la democracia social, no sólo del radicalismo. Es el adversario de todos los partidos que luchan por una sociedad justa, por una sociedad que esté organizada para respetar la dignidad de las personas. Ese capitalismo depredador que se desvincula de lo social, quiere imponer la idea de que lo único que debe preocuparle a cada persona es su propio interés.
-¿Hay un adversario mayor?
-El neoliberalismo en el que está basado el capitalismo. El adversario de la UCR es el neoliberalismo que es hegemónico en el mundo. La mayoría de los gobiernos son neoliberales y los poderes económicos, más que la ciudadanía, son los que influyen en las decisiones de los gobiernos.
-¿Cómo se cambia eso?
-Esto es lo que hay que revertir, la política debe recuperar su capacidad para organizar la sociedad en sus aspectos centrales. En particular el económico es importante, porque de cómo funcione la economía depende la calidad de vida de la gente. Ante un adversario tan poderoso deberíamos reunirnos las fuerzas que pensamos igual, porque tenemos enfrente un adversario que piensa de manera muy diferente y que es muy poderosa. Resulta funcional al adversario dividir a los que piensan igual, por eso digo que es necesario reunirnos los que pensamos igual, no reunirnos con los que pensamos diferente.
-La UCR ayudó a ganar y Macri gobierna sin los radicales, ¿qué opina de eso?
-El radicalismo fue importante. No sólo por cuestiones que tienen que ver con la cantidad de votos sino con la calidad que le aportó la UCR a Cambiemos, con el concepto que la sociedad se hizo de Cambiemos porque estaba la UCR en Cambiemos. Eso le aportó república, seriedad, experiencia a Cambiemos y fue un elemento importante a la hora de que la sociedad decidiera su voto a favor de Cambiemos.
-Pero la UCR no participa de las decisiones…
-Es cierto que de parte del PRO no se ha considerado a la UCR a la hora de tomar decisiones, pero eso es culpa de la UCR, porque jamás hizo saber que quería participar en la toma de decisiones. No los cargos, a mi no me interesan los cargos. La UCR parecía más preocupada en los cargos que en participar de las decisiones. Para participar de las decisiones no necesitamos ningún cargo. Simplemente pasa por crear un espacio en el que cada una de las fuerzas dentro de Cambiemos pueda expresar su opinión antes de que se tomen las decisiones más trascendentes.
-Ese espacio no se creó…
-La UCR no hizo nada para que eso ocurriera. Actuó como un convidado de piedra, como si creyera que no tiene derecho a opinar, como si no tuviera diferencias, como si gobernara la UCR de manera muy a-crítica. Ni siquiera con los gobiernos radicales el partido había sido a-crítico, como ha sido con el PRO. No ha sido bueno ni para los argentinos, ni para el PRO y por supuesto, para el radicalismo.
-¿Este espacio por la democracia social tiene posibilidades de cambiar la situación?
-Si no logramos transformar en mayoritario un espacio de esta naturaleza, y además tener éxito en la gestión en el caso de que este espacio llegue al gobierno, se pueden generar problemas muy severos en la sociedad. Los hombres y mujeres no tienen una capacidad infinita de paciencia y de sufrimiento. Cada vez más, los que viven de un salario van perdiendo derecho y expectativas. Ven el futuro como una amenaza. No sólo en argentina sino en otras partes del mundo.
–¿Desde el interior se puede revertir esta situación?
-Con Ariel García nos encontramos en distintas partes del país trabajando con la misma preocupación. Compartimos el diagnóstico preocupante y las propuestas de los caminos que deberíamos seguir para salir de esta situación. Estamos haciendo un esfuerzo muy grande porque Ariel (García) no sólo trabaja en Tucumán, sino que tiene que desdoblarse trabajando en otras provincias. Va a otros encuentros y tratamos de aportar lo mejor de nuestro conocimiento y experiencia y ver si podemos ser eficaces en la acción.
-¿Qué opina de los discursos tucumanos del acto en Central Córdoba?
-Lo que escuché a Sebastian Salazar, a Fernando Valdez y Raúl Albarracín. Lo que dicen son las mismas cosas que hablamos con Ariel García y tenemos coincidencia. Por eso estamos, no por casualidad. Militamos en el mismo espacio porque compartimos la preocupación y estamos seguros que la UCR oficial no es la más representativa, porque nunca hubo un partido tan alejado de la identidad de la UCR.
-¿Hay otro radicalismo?
-No hay ninguna duda que hay otro radicalismo. Lo que no sé es si la sociedad se dará cuenta. Esa es nuestra responsabilidad, hacerle ver a la sociedad que hay otro radicalismo, un radicalismo que habla entre sí, un radicalismo que no está preocupado por los cargos, las carreras políticas o las elecciones. Hay un radicalismo que está preocupado por la situación por la que pasa la clase media, que es uno de los sectores que debemos defender, la clase trabajadora, a la que debemos defender tanto o más que el justicialismo. Hay un radicalismo que está preocupado por los jubilados, docentes, enfermeros, pequeños y medianos productores y comerciantes. Son sectores que deben ver en la UCR un compañero de ruta y no una institución que un día dice una cosa y otro día otra. Eso desorienta mucho al electorado culturalmente no sólo al radical.
-¿Mauricio Macri debe ser reelecto?
-La gente trata a los gobiernos como los gobiernos tratan a la gente. Puede ser que a veces no la trate bien porque no pudo y la gente lo comprende e intente acompañarlos. Creo que la gente ve que se han cometido muchos errores. Pero no lo responsabilizo a Macri o al PRO, porque hizo lo que creía que era mejor para el país según sus convicciones. En todo caso, el que ha renunciado y acompañó decisiones que según su propia identidad no debía acompañar fue la UCR.
-¿Qué se debe hacer ante esta omisión?
-Tendrán que explicar los hombres y mujeres, los que tuvieron la responsabilidad de conducir el partido, a sus representados porqué hicieron eso. La UCR tenía que limitar el sesgo liberal del PRO y evitar errores, pero no lo hizo. Algún día tendremos que saber porqué los máximos responsables de la conducción partidaria acompañaron decisiones equivocadas.
-¿Qué sensaciones pasaron por su cabeza y su corazón ante este acto multitudinario?
-Varias. De gratitud con Ariel García, por haberme invitado, y con la gente, porque me recibió con tanto afecto, transfiriéndome parte del afecto que seguramente sentían por Raúl Alfonsín. Una gran impresión por la cantidad de gente, porque ni siquiera cuando los actos, o por lo menos a mi no me ha tocado ir a actos organizados por todo el partido, con tanta cantidad de gente. En este caso se trata de un grupo de radicales de Tucumán que organizaron un acto multitudinario.
-¿Le llamó la atención otra cosa?
-También me impresionó la calidad de las ideas que convocaban, porque no sólo importa la cantidad sino también la calidad. La convocatoria tiene que ver con la democracia social que nos falta a los argentinos y que la UCR quiere recuperar para los argentinos. Es una democracia con justicia social. Alfonsín decía que si la democracia no garantizaba la justicia social, era una democracia defectuosa, una democracia renga, y que la democracia política debía servirnos para construir la democracia social, una sociedad equilibrada, justa y equitativa.