Fue en una votación sin controles, a la que la oposición calificó de fraudulenta. El gobierno podría suprimir las instituciones. La represión provocó 15 muertos.
Aunque el acto de elección era medianamente sencillo y rápido, las autoridades sorprendieron al postergar la hora de cierre del comicio con el argumento de largas colas de gente que aguardaban para sufragar. Pero los discursos en la televisión pública de funcionarios y reporteros oficialistas eran contradictorios exhortando, en cambio, a la población a ejercer el voto, en un llamado que desde la media tarde se reiteró con insistencia. Antes el gobierno había emitido un instructivo limitando el acceso de la prensa a los centros de votación, indicando la prohibición de permanecer por largo tiempo dentro o captar imágenes a menos de 300 metros. Las sospechas de manipulación y deficiencias en el proceso tuvieron en el propio Maduro un ejemplo cuando el presidente puso el llamado “Carnét de la Patria” en la computadora para corrobar que ya había votado. La máquina le devolvió un drástico: “la persona no existe”, que tomó la televisión pública y fue objeto de una estampida de burlas en Venezuela.
Lo cierto es que más del 70% de los venezolanos, según empresas como Datanálisis, una de las consultas más serias, estuvieron en contra de esta reforma de la actual Constitución. Un plebiscito realizado este mes por la oposición reunió 7,6 millones de votos contra esas iniciativa, pero el régimen ignoró ese resultado. La elección de ayer consistió en la designación de 545 constituyentes -entre ellos, los principales cuadros del régimencomoelextitulardel Parlamento Nacional, Diosdado Cabello; la ex canciller Delcy Rodríguez; y hasta la primera dama Cilia Flores.
Esa superestructura partidaria tendrá poderes soberanos para disolver el Legislativo en manos opositoras, suprimir la rebelde Fiscalía General y congelar las elecciones, entre otras polémicas medidas que anuncian el fin de la democracia formal en Venezuela y la perpetuación del chavismo. Anoche se escuchaban cacerolazos en el centro de Caracas y los barrios del este y norte de la ciudad.
La resistencia popular a la medida alcanzó ayer niveles nunca vistos en cantidad de víctimas. Desde la madrugada comenzaron a sumarse los reportes de choques con la policía que intentó impedir a como diera lugar una concentración masiva dispuesta por la alianza opositora en la céntrica autopista Francisco Fajardo. Los muertos en la jornada -15 según datos de la oposición- se fueron sumando en su mayoría con disparos en el pecho o la cabeza, que es el estilo de ataque de las bandas parapoliciales oficialistas. En un virtual estado de sitio, el gobierno había prohibido la realización de marchas que perjudicaran la elecciones de los constituyentes.
En Caracas, uno de los ejes de los enfrentamientos fue en la Plaza Altamira donde hubo una lluvia de gases lacrimógenos. En medio de la refriega, una aparente bomba casera hizo estallar a dos motocicletas policiales que se incendiaron causando heridas a ocho agentes y el incendio de otras cinco máquinas. Los choques se sucedieron hasta entrar la tarde por toda la capital incluyendo el cierre espontáneo de calles y avenidas. Son ya más de 120 los muertos en casi cuatro meses de la mayor ofensiva callejera que ha soportado el régimen chavista. A ese listado se agregó ayer uno de los candidatos a la Constituyente, el abogado José Félix Pineda, quien fue baleado en su casa.
Los gobiernos de Argentina, Perú, México y España – entre un total de once países- anunciaron que no reconocerán los resultados ni la vigencia de esta Asamblea Constituyente. En Washington trascendió que la Casa Blanca estudia recortes a las compras de petróleo de Venezuela. EE.UU. es uno de los mayores clientes del crudo del país bolivariano.
Durante toda la mañana de ayer la dirección de la coalición opositora llamó a la gente a manifestar en todas las ciudades. El preso político Leopoldo López denunció por las redes sociales una “represión brutal y el asesinato de venezolanos” por parte del gobierno. Reclamó además al mundo a “desconocer esta Asamblea Constituyente fraudulenta, como lo ya hecho ya el pueblo venezolano”. En otro comunicado horas antes junto a Capriles insistieron en la necesidad de mantener la resistencia en adelante. Se sumó a ellos el cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas. “La Constituyente es ilegal e inválida porque no fue convocada por el pueblo”, dijo recordando que el régimen incumplió el mandato constitucional de convocar a un referéndum para habilitar la reforma debido a que corría el claro riesgo de perder.