El perito forense Osvaldo Hugo Raffo fue encontrado muerto a los 88 años, según afirmaron fuentes policiales. Su cuerpo fue encontrado en su casa de San Martín por su cuidadora, llamada Silvia. Junto a él estaba un arma calibre .38, con la que se habría quitado la vida y una nota, en donde decía “no soporto más los dolores que me aquejan“.
En otra nota, Raffo le aseguró a su cuidadora: “Silvia, no te asustes. No subas sola. Dios te guarde”.
Ambas fueron firmadas con su sello profesional.
Raffo intervino en los expedientes de la muerte del fiscal Alberto Nisman, avalando la hipótesis del homicidio, y examinó más de 20 veces a Carlos Robledo Puch, entre otros casos resonantes. Intervino en la investigación del asesinato del conscripto Omar Carrasco, en el femicidio de Alicia Muñiz que terminó con la condena a Carlos Monzón y realizó la segunda autopsia al cuerpo de Nora Dalmasso.
Su intervención en la querella del caso Nisman, llevada adelante por la jueza Sandra Arroyo Salgado, fue su última aparición pública en el verano de 2014. Luego, se retiró, ya un jubilado de la Caja de Retiros de la Policía Bonaerense.
Había comenzado a moverse con un bastón en los últimos años. Según aseguraron históricos amigos, Raffo sufría de dolores sumamente intensos en la cadera y casi no podía caminar. Había enviudado ocho años atrás. Nunca habría podido superar la muerte de su esposa.
Considerado un pionero y un maestro de forenses por sus pares como el doctor Raúl Torre, la investigación de su muerte está a cargo de la UFI Nº2 de San Martín.