Si algo faltaba para “tapar” la tan mentada “La Grieta” eran alianzas impensadas.No quedan dudas de que aquí el único que no tiene nada para ganar es el pueblo.

“La política es el arte de saber negociar”, suele marcar un adagio conocido, frase a la que se le puede agregar: “¡En política todo vale!”. Y sí, luego de ver todas las alianzas, traiciones, enroques, movidas y uniones entrelazadas entre los principales contrincantes en octubre, no quedan dudas de que aquí el único que no tiene nada para ganar es el pueblo.

Los políticos argentinos están nerviosos. Ninguno confía en ganar en primera vuelta. Es más, todos creen que habrá balotaje y que serán los “indecisos” o lo peor de todo: los que se mantienen fuera de la pelea de “la grieta”, quienes decidirán finalmente la próxima fórmula gobernante.

Ni Macri ni Cristina

Por eso tejen y destejen alianzas, encuentros y reencuentros. Saben que solos no podrán con el electorado.

Los kirchneristas: que sueñan con el regreso al poder, asustan con su “sed de venganza” y su idolatría casi religiosa hacia su principal candidata, Cristina Fernández de Kirchner, la ex mandataria “non sancta” investigada por la Justicia en varios casos de corrupción de Estado, pero que ellos la creen en su fe, una mujer celestial, enaltecida, intocable.

Por el otro lado está Mauricio Macri, que en su afán por encausar el país y devolverle credibilidad ante los ojos del mundo, se olvidó que en el medio había personas viviendo, y no se percató (o sí) que con sus medidas de aprietes y tarifas dolarizadas difícilmente pueda repetir su mandato, salvo que la opción sea volver al kirchnerismo. Ahí se asienten las esperanza de Cambiemos.

Receta mágica, no hay

No hay que ser muy avezado para saber que ambos (Cris y Mauri) necesitaban un cambio de imagen para volver al ruedo político con algo de chances.

A Cristina, con su pseudo librito autobiográfico no le bastó, por lo que debió salir a buscar a un compañero que le devuelva algo de “peronismo” a su partido bastante “izquierdizado”. Ahí surgió la figura de Alberto Fernández, un hombre de buen diálogo y buenos contactos, que le aporta mesura al partido. Lo que no tuvo en cuenta Cris es que el elegido para cerrar la fórmula, es el mismo que desde 2011 hasta hace algunos días, habló peste de ella, de su gestión, de La Cámpora y de la mayoría de los funcionarios K. ¿Qué habrá pasado entonces para que ambos cambien su opinión respecto al otro?. Sólo ellos lo saben.

Te copio la estrategia

Del otro lado de la grieta, Cambiemos buscó la manera de recuperar terreno frente a la movida kirchnerista. Y a sabiendas de que con la actual gente de sus filas no le alcanza, salieron a buscar fuera del Pro y del Radicalismo el nuevo “aliado”, alguien que le sirva para recuperar el voto anti-K. Así fue que encontraron a Miguel Ángel Pichetto, el senador rionegrino (Justicialista hoy anti-k), que le agrega a Macri la “pata peronista” que le estaba faltando a su partido.

Massa: el comodín o payaso

En medio de todo, Sergio Massa quedó mal parado tras su nueva intentona por candidatearse a la presidencia. El tigrense nunca midió bien ni pudo hacer valer su pretensión dentro del Acuerdo Federal, donde había otros pesos pesados que también buscaban posicionarse en la carrera, como el salteño Juan Manuel Urtubey y el economista Roberto Lavagna. Por eso dio el portazo y terminó “quemándose” al cruzarse al kirchnerismo –partido al que defenestró en reiteradas oportunidades- a cambio de una diputación y la intendencia del partido de Tigre para su mujer, Malena Galmarini.

Lavagna y Urtubey, por su lado, la hicieron bien: se mantuvieron firmes en sus convicciones, no se vendieron al mejor postor, y anunciaron que compartirán fórmula presidencial con el frente “Consenso Federal 2030”, para dar batalla como una tercera opción. “La demanda de esa tercera vía estaba, lo que venimos haciendo es construir una oferta creíble para el electorado”, dijeron.

La Izquierda no se quedó atrás, y sus principales cabecilla dejaron de lado por ahora viejas diferencias y rencillas para aliarse y buscar así realizar una elección más digna en tiempos del emponderamiento de las mujeres (aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder). “Nuestras listas van a estar conformadas por trabajadores, mujeres y jóvenes. Eso contrasta con este festival de panquequismo de estos días”, dijo el candidato a presidente Nicolás del Caño, que llevará como candidata a vice a Romina del Plá y que logró unir al Frente de Izquierda, al Movimiento Socialista de los Trabajadores y el Partido Obrero.

La verdad de la milanesa

No hay dudas de que los “chicos” están preocupados y deseosos de imponerse en los próximos comicios y de ahí toda la movida política que deja a más de un elector con la boca abierta y preguntándose: ¿dónde quedaron sus convicciones y principios? Es que no se puede despotricar al otro y sin más al otro día abrazarse para la foto. Eso es cinismo puro elevado a la potencia, lo que genera principalmente desconfianza en la gente. ¿Cómo se podría votar a alguien que dice una cosa, hace otra y luego se olvida de lo que dijo y prometió? Es difícil.

En Tucumán

Por las dudas, en nuestra provincia también hay panqueques que no tienen vergüenza ni cara para desaparecer después de la paliza recibida en las últimas elecciones a gobernador. Sí, hablo de José Alperovich, que durante toda la campaña proselitista criticó a más no poder y ninguneó

sistemáticamente a Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, respectivamente, y cuando éstos ganaron, se subió rápido al “caballo del comisario” y ofreció ayudar a la dupla ganadora. En realidad, lo que el ex mandatario y senador busca es no perder más terreno porque sabe que lejos de la “teta” del Estado no existe (quedó demostrado en la última elección) y poner plata de su bolsillo no es su fuerte, por lo que no le quedó otra que bajar la cabeza y esperar que alguien se descuide para dar el zarpazo y morder la mano del que lo sostiene, como lo hizo en 2003 con su amigo y creador Julio Miranda.

El pretexto de su vuelta al Peronismo es aportar su lucha para que se “vaya Macri, porque mucha gente la está pasando mal”. Pero el desmemoriado ex gobernador se olvida que él gobernó durante 12 años y que en tiempos de “vacas gordas” cuando los fondos de Coparticipación Federal eran altísimos y el gobierno nacional del mismo color partidario, no hizo nada por Tucumán y la gente pobre. Es más, los índices de pobreza aumentaron durante su gobierno y en ese ínterin su fortuna creció significativamente.

De la milanesa con puré a la Ensaladas con panqueques

Los “panqueques políticos” surgen en nuestra sociedad como un modo de vida. Nunca en beneficio del pueblo, sino en favor propio. El “panqueque” busca salvar la ropa y caer parado siempre -como los gatos-, por eso cambia bruscamente y se va de una esquina a la otra. No tiene ideología ni corazón, sólo amor al poder y el dinero. La gente y la mentira, son los vehículos para alcanzar su meta. De más está recordar que es el pueblo el que tiene la última palabra. ¿Vos, a quién vas a votar?

Por Marcelo Pérez para diario CUARTO PODER

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