Simulación de situaciones de combate en el sur del país, con participación de buques, aviones, helicópteros y efectivos especializados.
La provincia de Santa Cruz es el sitio elegido para entrenamiento de fuerzas especiales de las tres fuerzas armadas. Participan la agrupación Comandos Anfibios y la agrupación Buzos Tácticos -por parte de la Armada-; las Compañías de Comandos 601, 602 y 603, la Compañía de Fuerzas Especiales 601 y la Compañía de Apoyo de Fuerzas de Operaciones Especiales -del Ejército-; y el Grupo de Operaciones Especiales -de Fuerza Aérea-, con apoyo de helicópteros UH-1H, aviones A4-AR, IA-63 Pampa, Hércules C-130, dos buques, la corbeta ARA Robinson con helicóptero embarcado y el patrullero oceánico ARA Storni. Desplegaron su potencia bélica en siete días de maniobras que concluirán mañana.
Las incursiones comenzaron el 25 de abril pasado sobre objetivos enemigos simulados; el aeropuerto, el puerto de Punta Quilla y el cuartel localizado en Piedrabuena. Coincidencia de fechas que emocionan, comandos anfibios recordaron que era el día del cumpleaños de la madre de un héroe, el capitán de fragata (post mortem) Pedro Giachino, el primer comando anfibio que entregó su sangre en la recuperación de las Malvinas.
Recreación de situaciones bélicas
Hubo cavilaciones acerca de dar o no difusión a maniobras que por ser de grupos de elite generan fantasías de toda cota. Arduo informar cuando se tilda de filtración y se pesquisan las fuentes en caza de brujas frente al anticipo periodístico que escapa al corsé de la gacetilla.
El ejercicio que no tiene nombre código como habitualmente se da en el ambiente castrense y se identificó con la región geográfica: “Patagonia” para diferenciarlo de la serie anterior, “Castor”.
El diseño de las maniobras busca adiestrar y perfeccionar la coordinación de relojería entre distintas fracciones de los comandos que deben cumplir misiones simultáneas de alto riesgo.
Primero la infiltración en territorio enemigo sin ser detectados. Luego los objetivos de alto valor señalados en la orden de operaciones, recuperar y asegurar el aeropuerto de Santa Cruz, misión donde el GOE de la Fuerza Aérea tiene expertise, en conjunción con los grupos especiales del Ejército, a continuación, tomar y asegurar el puerto de Punta Quilla con intervención de los comandos anfibios y buzos tácticos desplegados de los buques y después neutralizar el cuartel enemigo ubicado en la localidad de Piedrabuena, tarea de los comandos del Ejército.
La corbeta ARA Robinson lanzará su helicóptero Fennec para exploración en cercanías y efectuará fuego naval a objetivos terrestres al mismo tiempo los aviones A4-AR y Pampa harán apoyo de fuego cercano a los elementos de operaciones especiales.
Una recreación de situaciones que permiten el adiestramiento con sistemas de armas y empleo de munición de combate y ejercicio. Entre ellos, el sistema antiaéreo RBS 70, el dron de exploración térmica y la munición merodeadora Hero 30 un recurso (dron explosivo) de reciente adquisición que multiplica la capacidad de los grupos especiales. Admite el intercambio de la cabeza explosiva por un sistema de vigilancia y reconocimiento del campo de batalla.
El mando miliar dispone de estas fuerzas especiales cuando se requiere inmediatez en el despliegue (alistadas con 48 horas de aviso), discreción en ambientes políticamente sensibles, máximo control de la letalidad y rápida adaptación a cambios tácticos derivados de la crisis que se enfrenta.
Son militares que superaron exigencias de una selección rigurosa, adiestrados y capacitados para desempeñarse en ambientes extremos con destrezas en el manejo de distintas armas, técnicas de buceo, paracaidismo, esquí, andinismo y habilidad en vincularse para recibir apoyo de habitantes en el área de operaciones o donde se desarrolle la crisis.