En un debate radial con Manuel Rivas, director del Diario Cuarto Poder, el edil Gustavo Fernández dijo que no se presentaría a elecciones en el 2019.
El escándalo suscitado en la ciudad de Aguilares, en torno a la usurpación de predios destinados a la ampliación del cementerio municipal, publicado en exclusiva por Diario Cuarto Poder, ya tuvo sus consecuencias políticas.
El concejal Gustavo Fernández, admitió en un programa radial el cansancio propio y de su familia en torno a la actividad política y anticipó que “hay un 90 por ciento de posibilidades de no presentarme a ningún cargo electivo en 2019”.
Minutos antes se había presentado intempestivamente en los estudios de Radio FM Energía, en donde la directora y propietaria, Silvia Bazán, realizaba una nota a su par de Diario Cuarto Poder, Manuel Ernesto Rivas, quien se encontraba difundiendo la publicación tras su fuerte desembarco en el sur provincial. Lejos de intimidarse, Rivas -de amplia trayectoria en medios escritos- no tuvo inconveniente en que se sumara a la mesa, en donde el edil aguilarense señaló que no tiene nada que ver con la ocupación del predio en cuestión, aunque defendió la propiedad de uno de los acusados, Sergio Silva, de quien se definió no como amigo sino como un verdadero hermano.
“Son empresarios que quieren invertir en Aguilares”, sostuvo en relación a Silva y Gustavo Yapur, los acusados de la ocupación del terreno en el que la Municipalidad de Aguilares avanzaba en la ampliación de la necrópolis aguilarense, según consta en la denuncia policial y la presentación judicial, formuladas por la asesora letrada del municipio, Paola Fernández.
El edil atribuyó el escándalo a una maniobra política, la que fue desmentida tajantemente por Rivas, quien no encontró sustento a las afirmaciones del concejal, quien dijo no necesitar de la política por ser un empresario exitoso. Sobre el particular, subrayó la idea de no presentarse a ningún cargo en 2019 y “descansar un poco de la política”.
Un estilo que no le gusta
El concejal además cuestionó el estilo que tiene nuestra publicación, lo que fue rebatido por el director al señalar que “puede gustar o no. Se trata de una manera original de reflejar las investigaciones que realiza nuestro equipo periodístico”.
Asimismo, el periodista sostuvo que “contamos con la documentación de todo lo que se publicó. Y usted tiene derecho a utilizar el espacio para realizar su descargo cuando lo considere oportuno”.
Otra de las dudas de Fernández se despejó en el diálogo, que se realizó en un clima de respeto, cuando el edil preguntó porqué se relacionaba con este hecho a la senadora nacional Silvia Elías de Pérez, a lo que el director de Diario Cuarto Poder, señaló que en ningún momento se la mencionó en nota alguna, ni en la edición impresa ni en la página web www.diariocuartopoder.com.
Duras acusaciones al aire
Cuando todo indicaba que el intento de poner presión al periodismo había fracasado y que la nota terminaría en un clima de tranquilidad, una llamada del abogado Dante Córdoba, que salió al aire, le puso tensión sobre el final.
Las acusaciones políticas y la alusión a hechos relacionados a la disputa derivada en la traición de Fernández a un espacio político que compartían, generó acusaciones en las que el edil resultó con la peor parte, debido a que el letrado le recordó causas judiciales y que cuenta con un empleado acusado de abuso sexual. El diálogo se cortó abruptamente cuando Fernández se negó a seguir respondiendo. El conflicto y el escándalo están planteados en torno a esta ocupación, en la que el municipio de Aguilares hizo un reclamo a la Justicia, para la restitución de los predios. Allí ya comenzó una construcción, lo que genera la necesidad de que se determine con celeridad la intervención de las autoridades judiciales, por el daño que se pueda generar. El caso y sus derivaciones, se continuarán reflejando en las páginas de nuestra publicación, porque la repercusión provincial y nacional así lo requiere. Tucumán fue noticia porque hasta los muertos sufren los avatares de la usurpación, a la que lamentablemente ya nos acostumbramos.