Daniel Gollán, ministro de Salud bonaerense, analizó la situación que se vive en el conurbano con la pandemia, le respondió a Miguel Pichetto, quien lo llamó “doctor muerte”, y aclaró: “Es el momento de coronar el esfuerzo hecho en estos meses con el objetivo central de que no se sature el sistema de salud”.
Daniel Gollán no se inmuta cuando recibe críticas que lo retratan como un vocero de los peores escenarios. Le dicen alarmista. La definición más dura la expresó el ex compañero de fórmula de Mauricio Macri en las elecciones. “Es el doctor muerte, que anticipa el colapso”, dijo Miguel Pichetto. El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires le respondió. Fue tan contundente como el ex senador: “Pichetto no sabe absolutamente nada de medicina, debería hablar menos”.
En una entrevista con Infobae, el funcionario del gobierno bonaerense analizó la situación que vive el conurbano con el coronavirus, la nueva etapa de la cuarentena, la posible vacuna y el incumplimiento de la gente. Hizo hincapié en una idea puntual. El gobierno de Axel Kicillof piensa en una cuarentena intermitente. Abrir y cerrar de acuerdo a la situación. Hasta que aparezca la vacuna o, en un mejor escenario, hasta que los niveles de contagios bajen a un nivel en que se puedan controlar.
La cuarentena se extendió hasta el 16 de agosto. El desafío es bajar los contagios. Si llegarán aumentar, Kicillof ya tiene decidido endurecer el aislamiento. Una vez más.
Salud, política, coronavirus en una charla por videoconferencia.
—Ministro, ¿cuál es la situación al día de hoy? Finalmente pudieron llegar a un acuerdo con el gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
— Sí, la última reunión fue muy buena, como han sido prácticamente todas las que tuvimos en este tiempo de pandemia. Revisamos los números y estamos en una sintonía importante acerca de cuál es la realidad actual. Estamos convencidos de seguir manteniendo todas las estrategias sanitarias considerando al AMBA como una única jurisdicción sanitaria.
—¿Qué análisis hicieron?
—Estuvimos analizando números, perspectivas, proyecciones. Creo que estamos en un diagnóstico muy similar de lo que está sucediendo. Nos hemos puesto de acuerdo, como venimos haciendo hasta ahora, en las recomendaciones para buscar una fórmula común.
Daniel Gollán no se inmuta cuando recibe críticas que lo retratan como un vocero de los peores escenarios. Le dicen alarmista. La definición más dura la expresó el ex compañero de fórmula de Mauricio Macri en las elecciones. “Es el doctor muerte, que anticipa el colapso”, dijo Miguel Pichetto. El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires le respondió. Fue tan contundente como el ex senador: “Pichetto no sabe absolutamente nada de medicina, debería hablar menos”.
En una entrevista con Infobae, el funcionario del gobierno bonaerense analizó la situación que vive el conurbano con el coronavirus, la nueva etapa de la cuarentena, la posible vacuna y el incumplimiento de la gente. Hizo hincapié en una idea puntual. El gobierno de Axel Kicillof piensa en una cuarentena intermitente. Abrir y cerrar de acuerdo a la situación. Hasta que aparezca la vacuna o, en un mejor escenario, hasta que los niveles de contagios bajen a un nivel en que se puedan controlar.
La cuarentena se extendió hasta el 16 de agosto. El desafío es bajar los contagios. Si llegarán aumentar, Kicillof ya tiene decidido endurecer el aislamiento. Una vez más.
Salud, política, coronavirus en una charla por videoconferencia.
—Ministro, ¿cuál es la situación al día de hoy? Finalmente pudieron llegar a un acuerdo con el gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
— Sí, la última reunión fue muy buena, como han sido prácticamente todas las que tuvimos en este tiempo de pandemia. Revisamos los números y estamos en una sintonía importante acerca de cuál es la realidad actual. Estamos convencidos de seguir manteniendo todas las estrategias sanitarias considerando al AMBA como una única jurisdicción sanitaria.
—¿Qué análisis hicieron?
—Estuvimos analizando números, perspectivas, proyecciones. Creo que estamos en un diagnóstico muy similar de lo que está sucediendo. Nos hemos puesto de acuerdo, como venimos haciendo hasta ahora, en las recomendaciones para buscar una fórmula común.
—Eso implica avanzar, frenar, retroceder.
—Como dijo el Presidente, como han dicho los infectólogos y los especialistas, estamos lejos de la solución del problema. Estamos, por el contrario, entrando en el ojo de la tormenta. Es el momento de coronar todo ese esfuerzo que se ha hecho en todos estos meses con el objetivo central de que no se nos sature el sistema en ningún momento.
—¿Al día de hoy cuál es la capacidad del sistema sanitario en lo que respecta a las unidades de terapia intensiva?
—Nosotros tenemos en el AMBA, del lado bonaerense, tenemos una ocupación promedio del 61%. Tenemos integrado los prestadores de servicio privado y los hospitales. Un tablero de mando integrado. Pero ese 61% no se da en forma homogénea. Es decir, no quiere decir que yo en todos los hospitales tenga casi un 40% de disponibilidad de camas. Tengo hospitales que están muy saturados y otros que tienen menos gente. Eso explica el promedio de ocupación cercano al 60%.
—¿Y eso pasa en el AMBA? Es decir, pacientes de un distrito que son internados en otro.
—Pongo un ejemplo. Se saturó el sistema de absorción de pacientes del PAMI en la Ciudad de Buenos Aires. Hoy en Esteban Echeverría hay 11 pacientes derivados de la Ciudad. Como es lógico, se va buscando la solución de la cama donde está. Por lo tanto no se puede pensar que se va a superar un lugar y luego el otro no. Si uno se satura, la gente empieza a buscar su cama y termina ocupando cualquiera que esté en cualquier ámbito del área metropolitana.
—¿En dónde reside la principal preocupación?
—La preocupación es porque nosotros en los últimos 19 días veníamos con un promedio de crecimiento en la demanda de camas de terapia intensiva. Un promedio de entre 10 y 11 por día. Tuvimos una aceleración notable en estos últimos cuatro días, con dos días de más de 30 camas nuevas. Ahí es donde aparece la alarma.
—¿A qué le atribuye la aceleración en la tasa de contagios en estos últimos días, que generó también mayor ocupación en las camas de terapia intensiva?
—A la aceleración que estamos viendo de los casos confirmados y, por lo tanto, de todos aquellos que no se logran confirmar porque son asintomáticos. Vemos que los números van creciendo mucho. Un porcentaje menor de ese número, muy menor, necesita una cama de terapia intensiva. Quiero aclarar una cosa. A partir de las medidas que se tomaron el 1 de julio, la curva de crecimiento se desaceleró en una forma significativa. No es que dejó de crecer. Después de la apertura del 16 de julio, se relajó bastante la cuarentena. Hoy estamos recibiendo el impacto en las camas de esa cuarentena y lo que sucedió después del 16 de julio.
—Le hago dos consultas sobre esta última etapa. ¿En estas tres semanas donde se decidió tratar de volver a la fase 1, ustedes vieron que hubo un cumplimiento efectivo similar al de la última semana de marzo? Y la otra: ¿cómo se explica que después de tres semanas de cuarentena hoy tengamos números más elevados a los de hace un mes?
—El asunto es el siguiente. Tuvo un impacto bastante significativo y lo podemos ver en los principales distritos del primer y segundo cordón del conurbano. La curva bajó bastante su aceleración. No dejó de crecer. No se logró el objetivo de bajar la curva porque todavía está la enfermedad en plena expansión. Nosotros dijimos siempre que epidemiológicamente esta enfermedad irradiaba desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires porque fue el lugar al que llegó la mayor concentración de casos que vinieron de afuera. Luego se dispersó por la provincia de Buenos Aires y otras provincias del país. Pero la concentración mayor vino de ahí y por lo tanto era esperable que allí empezara la mayor concentración de casos.
fuente: infobae