La indonesia Irma Bule, de 29 años, era famosa por hacer espectáculos con cobras. A pesar de ser mordida fatalmente, continuó cantando durante 45 minutos, hasta que se desplomó frente al público
Era uno de sus shows habituales, en el municipio de Karawang, en Java Occidental. Rodeada de serpientes, cantaba y bailaba, mientras las movía de un lado a otro y se las enroscaba en el cuerpo. Ya lo había hecho muchas veces. Pero en esta ocasión, algo salió mal.
Sin darse cuenta, le pisó la cola a una de las cobras con las que jugaba arriba del escenario, que en respuesta la mordió en el muslo. Lo lógico habría sido suspender el espectáculo y seguir los consejos de los encargados de amaestrar a estos animales, que la acompañaban a cada presentación. Así su vida no habría corrido peligro.
Sin embargo, por motivos que aún se desconocen, Irma Bule no hizo nada de eso. Primero se rehusó una y otra vez a tomar el antídoto que le ofrecían sus colaboradores. Y segundo, siguió cantando como si nada durante 45 minutos.
Como era de esperar, cuando el veneno empezó a hacer efecto, su cuerpo ya no resistió. Se desplomó y empezó a vomitar y a convulsionar, según relataron los testigos. Fue trasladada a un hospital cercano, pero era demasiado tarde. Murió pocos minutos después de llegar.
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