La exitosa serie fue denunciada por un polémico episodio donde el maestro Roshi acosa a una adolescente.
Hace más de tres años, en marzo de 2018, los fans de Dragon Ball Super se reunieron para ver el final de la serie que revivió la infancia de millones alrededor del mundo, pero esos capítulos finales llegarían más tarde a la televisión en Latinoamericana con su doblaje latino. Ahora, sin embargo, Argentina ha sacado del aire el show por una denuncia feminista sobre violencia simbólica.
Dicha denuncia fue presentada por el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, ante la Defensoría del Público de la nación (vía IGN), donde se refirieron a un capítulo que muestra al maestro Roshi comportándose de forma inadecuada con una menor. En el comunicado del gobierno se puso énfasis en que Dragon Ball Super era transmitida en Cartoon Network, un canal que “se ubica como la 1era señal infantil de cable y alcanza a las y los niños de entre 4 a 11 años con cable”.
El episodio que se vio en las pantallas de Argentina reproducía el ejercicio de violencia sexual por parte de un mayor hacia una menor, en un contexto de aceptación social, en el que se naturalizaba la vulneración de una niña.
Roshi es un personaje pervertido desde su primera aparición en Dragon Ball, pero en 2021 es muy polémica la forma en que es retratado, pues en el mencionado episodio una adolescente está encerrada con él y ella demuestra que no da consentimiento a sus acercamientos morbosos; el informe del Ministerio también dice:
La escena retrata cómo la negativa de la joven resulta desoída por el maestro, quien continúa forzando el encuentro, al tiempo que los demás personajes, visiblemente conmovidos y angustiados por la situación, observan en silencio el accionar violento y abusivo del varón adulto.
El comunicado del gobierno adelantó que tal vez en un futuro podrían censurar todas las escenas problemáticas de la serie (que no son tantas) y volver a ponerla al aire, pero tendremos que esperar para ver si eso ocurre o no. Una situación similar ocurrió en España, donde la Comunidad Valenciana mantiene desde hace varios años una prohibición de Dragon Ball por el sexismo de personajes como Bulma y Milk, y a pesar de que hay muchas quejas de fanáticos para que se vuelva a transmitir en la televisión, estas no han sido escuchadas.
Dragon Ball Super comenzó a ser transmitida en 2015, tras el éxito de las películas Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses y Dragon Ball Z: La Resurrección de Freezer – 80%, y en estos seis años el mundo ha cambiado; en octubre de 2017 el auge del movimiento #MeToo puso en evidencia algo que las feministas habían denunciado desde hace mucho, que el acoso sexual estaba tan normalizado que incluso en películas para niños como Toy Story 2 – 100% aparecían bromas sobre el tema. Actualmente es algo inaceptable.
Dragon Ball Z es uno de los animes que más impacto tuvieron durante las décadas de 1990 y 2000, y su influencia es innegable en la generación millennial. Cuando el penúltimo capítulo de Dragon Ball Super iba a ser transmitido en 2018, donde veríamos enfrentarse a Jiren y Gokú, decenas de miles de personas se reunieron en espacios públicos por toda Latinoamérica para ver en la pantalla más grande posible el episodio. Eso no es algo que ocurra frecuentemente, y demuestra el alcance que tiene Dragon Ball en la cultura pop.