Cuando los viajes aéreos debutaron a principios del siglo XX, la experiencia era poco común y muy costosa. Los vuelos eran la forma de viajar de las clases más acomodadas y cada oprtunidad de subir a un avión se vivía com una fiesta de gala. Luego de la Segunda Guerra Mundial, motores más poderosos y diseños más aerodinámicos y modernos lograron aumentar la capacidad de las naves, por lo que más pasajeros podían utilizar este método para atravesar distancias cada vez más grandes. La economía de escala hizo que los precios de los tickets bajaran y se adaptaran por fin al bolsillo de una familia promedio.
Sin embargo, el gran cambio fue producto de la desregulación de las aerolíneas y las economías en transformación de las décadas del ’70 y ’80. Y así, luego de varios años, surgió una nueva categoría: las aerolíneas de bajo costo. Pero hay algo que debe aclararse. La frase “low cost” no se refiere a los precios más económicos que se pagan, sino a que los costos de la aerolínea son más bajos que los habituales. El experto Chris Truss, de la Air, Rail and Ground Transportation del Reino Unido explica que la diferencia de precio al viajar en estas aerolíneas low cost es lo suficientemente significativa para que también las usen las empresas para sus empleados en viajes de negocios.
¿Cómo se consigue bajar los costos? Se logra al adherirse a ciertos principios fundamentales como tener una flota que consista en un solo tipo de nave -generalmente un Airbus A320 o un Boeing 737 (este último tiene un precio de USD 50 millones o más, según datos de la empresa)- que vuelan de manera constante, lo que lleva a lograr grandes índices de “utilización”. El personal generalmente trabaja bajo contratos con menores sueldos que en las aerolíneas tradicionales y trabajan el vuelo “ida y vuelta”, lo que elimina las costosas estadías en hoteles. Además, los pasajeros pagan extra por todo, como el equipaje o las comidas de abordo.
Más asientos en un avión
Southwest Airlines en Estados Unidos fue uno de los pioneros de este método. Lograron poner más asientos -y así bajar los precios- en un lugar reducido al achicar los pasillos y los baños. Ese proceso que comenzó hace 30 años sigue creciendo hoy en día.
Menos peso
El combustible es uno de los mayores costos, según indican los informes mensuales de la Air Transport Association de Estados Unidos. Por lo tanto, para reducir su utilización, se trata de que el avión vuele lo más liviano posible. Los asientos, por ejemplo, son cada vez más livianos y pequeños, los carros de la comida fueron reemplazados por unos más pequeños y de menor peso, entre otros ajustes.
Requerimientos básicos reconvertidos en “Extras”
Características que antes se ofrecían gratis ahora son cobradas y consideradas “upgrades”. Éstas incluyen sentarse adelante, elegir filas con más espacio para las piernas, o el mero hecho de embarcar primero.
Usan un solo avión
Como se explicó más arriba, las aerolíneas low cost vuelan un sólo modelo de avión. Ryanair, por ejemplo, solo vuela el Boeing 737. Esto significa que los pilotos, azafatas, ingenieros, mecánicos y personal de operaciones no requieren de entrenamientos diferentes para cada nave. Por otro lado, sólo se necesita tener un stock de repuestos para un solo modelo.
Regresos más rápidos
Las aerolíneas low cost están interesadas en mantener el avión en el aire, que es donde generan ganancias. Air Asia, por ejemplo, tiene como política arrancar sus vuelos lo más temprano posible y finalizarlos a la medianoche. También programa las vueltas a los 25 minutos de aterrizar, mientras que las aerolíneas tradicionales lo hacen a la hora. Esto significa que el avión está en el aire unas 12 horas al día, mientras que un avión de una aerolínea que no es low cost vuela 8 horas diarias.
Ventas abordo
Al no servir comida ni bebida gratis, las aerolíneas pueden bajar los precios. Y, al vender alimentos abordo y cobrar precios premium por este servicio. Cobran cerca de siete veces más lo que costaría si uno se trae la misma comida del supermercado.
Por éstas y muchas razones más, las aerolíneas low cost pueden vender sus tickets a precios más accesibles. Sin embargo, sus recortes en costos nunca afectan la seguridad del avión. “Las aerolíneas de bajos costos ahorran gracias a eficiencia y menos dinero gastado en servicios al cliente, pero no se hacen los vivos con cuestiones de seguridad”, aseguró Max Leitschuh, un analista de transporte de iJET International.
Estas empresas son tan seguras como cualquier otra. Aunque hacen de todo para abaratar los costos, ni se les ocurriría poner en peligro un vuelo, ya que saben que esto arruinaría por completo el negocio. Algunas de sus medidas incluso incrementan la seguridad, como utilizar siempre el mismo modelo de avión.