Logró un claro triunfo en primera vuelta gracias a los votos de los bonaerenses. Estuvo algo por debajo de las PASO y lejos de las otra vez desacertadas encuestas. Macri, que achicó diferencias, convocó a una transición ordenada.
Los enormes desaciertos de la mayoría de las encuestas –las previas y hasta las hechas en boca de urna- y el alto porcentaje clavado en las PASO terminaron imponiendo puntos de referencia que podrían confundir las cuentas. El triunfo de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner fue claro: 48,10 a 40,37 de Mauricio Macri y Miguel Angel Pichetto.
No fueron 17, sino 8 puntos
Pero que la distancia no haya sido de 17 a 22 puntos, sino de casi 8 puntos es también un dato político relevante. Expone un horizonte amplio para el peronismo-kirchnerismo, aunque sin espacio visible para concepciones hegemónicas. Habrá que ver en las horas que vienen si además allana el camino a la transición, a la vista de una sociedad que combina expectativas y angustias.
Este resultado de mayor equilibrio que las estimaciones previas mostró anoche, más allá de las puestas en escena, un presidente saliente lejos de la desubicación casi provocadora del domingo 11 y el lunes 12 de agosto. Informó que había felicitado al presidente electo y anticipó el desayuno compartido de hoy mismo. Los discursos en el otro campamento fueron más duros.
Medidas de transición
Larga intervención de Axel Kicillof; reclamo abierto de CFK para que Macri tome las medidas necesarias con el objetivo de calmar los mercados y el dólar, y aceptación de la cita en la Casa Rosada por parte de Alberto Fernández, luego de un guiño a Roberto Lavagna, imaginado como ministro.
Los gestos fueron acompañados por algunas frases cuyo efecto práctico se verá con el correr de las semanas, incluso después del 10 de diciembre y no sólo en estos 43 días de transición. Macri dijo que será una oposición “constructiva y razonable”. La ex presidente habló de una “tarea ciclópea” que requiere gran apoyo de todos los argentinos y Fernández advirtió que “los tiempos que vienen no son fáciles”.
Reconstruir la economía
Reclamó a la futura oposición que se haga cargo de ayudar a “reconstruir” la economía: el discurso fue apuntado a discutir y responsabilizar por la herencia, pero también a abortar cualquier crítica temprana y a avisarle a la sociedad que nada será fácil.
La ola ganadora tuvo algunos bajones en provincias propias, aunque sin que estuvieran en juego las gobernaciones, como ocurrió en Santa Fe y Entre Ríos. La mayoría de los jefes provinciales del PJ y varios aliados –suman entre quince y dieciocho, según como se cuenten algunos distritos de tradición provincialista- juegan con Alberto Fernández. Y tendrá mayoría en el Senado y un buen número en Diputados.
fuente. infobae