Manuel Ernesto Rivas  (Enviado especial)

El papa Francisco ya está en Chile, donde aterrizó esta tarde para una visita pastoral. Fue recibido en el aeropuerto por la presidenta Michelle Bachelet.Se trata de la sexta visita del Papa a América latina.

Lejos de las cuestiones pequeñas y las quejas argentinas porque aún no visita el país, el Papa Francisco inició una tarea ardua, que implica fortalecer a la Iglesia Católica en Chile y en Perú.  Los hechos de violencia de los días previos quedaron de lado, a causa del carisma del Santo Padre, quien superó críticas por su apretada agenda y por no conformar a todos los sectores en un país en el que el catolicismo perdió terreno hace tiempo.
El Papa ha desplegado no sólo su carisma, sino también un estilo impuesto desde su llegada al Vaticano. Los chilenos expresaron fervor y agradecieron gestos como el saludo a los niños enfermos, sus constantes rompimientos del protocolo y su mensaje esperanzador.
Los chilenos habían recibido por última vez a un representante de Cristo en la Tierra hace poco más de 30 años, cuando Juan Pablo II visitó el país. Eran tiempos de transición. Ahora Francisco tiene otra misión. La de dar una dinámica y un enfoque distinto. La cercanía con los pobres y los más débiles, el protagonismo de los jóvenes y la acción más que la dialéctica son algunos de los aspectos que desarrolló el Santo Padre desde su llegada a Chile.
El Papa recorrió las calles de Santiago a bordo de un auto azul, que luego lo llevó al punto donde lo esperaba el papamóvil
Dormir en la Nunciatura, reconocer y agradecer cada gesto con humildad y alegría representan un sello que nadie olvidará en Chile.
Los habitantes trasandinos vieron su visita como una bendición y muchos argentinos se acercaron a esa fiesta de la fe católica, que trasciende justamente lo religioso para llevarlo a un plano más humano.
Francisco tiene por delante revertir una imagen negativa de la Iglesia de 5.3 de 10 en su viaje número 21. Curiosamente con esta visita y la de Perú, el Papa ya habrá llegado a Brasil, México, Cuba, Colombia, Ecuador, Bolivia y Paraguay. Le restan Argentina, Uruguay y Venezuela. Seguramente en algún momento completará la agenda latinoamericana, en su deseo de verla unida.
Francisco despertará la militancia de los católicos que están dormidos. Al menos esa es la sensación que dejó desde su arribo a Chile.
Ahora le resta visitar Iquique, en donde Diario Cuarto Poder espera cubrir con dignidad su llegada. La comunidad de esta ciudad del norte chileno y la región toda, además de los países limítrofes aguardan expectantes su presencia.
Ya se observó hace días la presencia de argentinos, en especial de la región del NOA, entre quienes se destacan tucumanos, salteños y jujeños.
A diferencia de Juan Pablo II, Francisco no besó la tierra, prefirió dar un abrazo desde el alma al pueblo chileno.

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