El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, profundizó sus diferencias con José Cano, al señalar que el área que comanda el tucumano no tiene la incidencia esperada. “No queremos otro plan retórico”, sostuvo el funcionario con el que Cano no mantiene una buena relación desde hace un largo tiempo.
La iniciativa de genera el llamado “Plan Patagonia”, destinado a la realización de obras en el sur del país, sirvió para la profundización de las diferencias que el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, mantiene con el actual titular del Plan Belgrano, el tucumano José Cano.
Sin pelos en la lengua, el titular del área de Interior, se quejó: “no queremos otro plan retórico”. Las expresiones no llamaron la atención de quienes saben que la relación con el tucumano no es de las mejores desde hace tiempo. Al punto que Frigerio considera que la estructura del Plan Belgrano no le genera mérito a la gestión de Mauricio Macri, por tratarse de un área burocrática, la que ni siquiera puede llevar adelante licitaciones, como en el caso de las obras viales, sólo para dar un ejemplo.
La actitud de Frigerio no es nueva, toda vez que en muchas ocasiones fue él quien anunció obras que le correspondían dar a conocer a Cano, lo que generó un creciente malestar de quien es el máximo referente del Acuerdo para el Bicentenario (ApB), al punto que madura la decisión de abandonar el cargo de responsabilidad ejecutiva para regresar a la cómoda y menos desgastante tarea legislativa (ver recuadro aparte).
Las críticas hacia Cano arreciaron el año pasado, cuando varios de sus anuncios quedaron sólo en eso, generando el enojo de diversas autoridades de la región, entre ellos el propio gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey. En muchas de esas criticas, cargadas de ironía, se lo calificó a Cano como “vende humo”.
El debut de la nueva estructura en el año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia, lo pusieron en el centro de la escena, debido a la gran expectativa que había despertado como una especie de reparación histórica para el postergado Norte argentino. La reasignación de recursos que hizo el propio Presidente en favor de provincias como Buenos Aires, en donde María Eugenia Vidal recibió una situación financiera crítica, también pusieron de manifiesto cuáles iban a ser las prioridades del mandatario nacional. Es por ello que el Plan Belgrano terminó convirtiéndose en una estructura burocrática, destinada a pagar sueldos a funcionarios y sin que aparecieran obras concretas para realizar.
Ni siquiera las mejoras en materia de comunicación terrestre que se proyectan para iniciarse a mediados de este año, como la conversión en autopista de las rutas 9 y 34, además de las mejoras en la ruta 38, dependen directamente de la estructura comandada por Cano, porque las licitaciones se canalizan por la Dirección Nacional de Vialidad (DNV).
Sin embargo, se espera que los anuncios puedan tener un efecto electoral, por la cercanía que tendrán con los comicios legislativos nacionales de octubre. Otro de los caballitos de batalla que se esgrimirá desde el Gobierno nacional y que, seguramente, generarán más desencuentros entre los funcionarios de Macri, será el Complejo Potrero El Clavillo, que posibilitará la construcción de diques, tanto en la provincia de Tucumán como en la vecina Catamarca.
Otro distanciamiento
Cano parece no tenerlas todas consigo en este 2017. Un escándalo que no tuvo demasiada trascendencia, le originó un malestar con el propio jefe de Gabinete, Marcos Peña, a raíz de una queja de empresarios coreanos que se canalizó a través de Cancillería Argentina. El reclamo de los asiáticos pasaba por la firma de un convenio que no tenía incidencia junto con el pedido de recursos para allanar el camino. De inmediato, Peña tomó la determinación de echar de su cargo a un colaborador directo de José Cano. En tanto que el titular del Plan Belgrano se abstuvo de ensayar defensa alguna, ante la contudencia de las acusaciones. De este modo, Cano no se encuentra en buenas relaciones con el interlocutor directo de Macri, con quien hasta el momento convivía en armonía.