El Presidente y el Jefe de Gabinete se muestran convencidos de que se puede revertir el resultado electoral. Mientras, en silencio, los funcionarios se preparan para una derrota y proyectan un futuro en el sector privado.
El estado de ánimo de Mauricio Macri es cambiante. Delante de sus ministros y secretarios, busca mostrarse seguro de que es posible revertir la derrota de las PASO. Él y Marcos Peña aparecen como los más optimistas. Entre los funcionarios, en cambio, predomina el pesimismo y ya parecen haber comenzado a despedirse del poder. En el Gobierno se ha vuelto frecuente escuchar conversaciones -con el único cuidado de no hacerlo nunca cerca del Presidente- sobre lugares paradisíacos en los que planean unas largas vacaciones o ambiciosos proyectos laborales en la actividad privada.
Contagiar entusiasmo
Macri hace lo que puede para tratar de contagiar entusiasmo. Este miércoles, en la quinta de Olivos, recibió a los atletas argentinos que participaron en los Juegos Parapanamericanos en Perú. “Nosotros vamos a ganar, como ganaron ustedes”, les dijo. Poco antes, cuando salían de la residencia presidencial tras el encuentro con los legisladores de Cambiemos, dos funcionarios de primer nivel conversaron sobre la posibilidad concreta de asociarse el año que viene para poner en marcha una consultora política. No son los únicos con proyectos de esas características.
Los amigos de Macri en el Gobierno saben que el Presidente sigue afectado por la derrota de las primarias del 11 de agosto. Se imaginan que debe haber llorado en privado, pero lo consideran un competidor nato que no se resignará hasta conocer los resultados del 27 de octubre.
No es momento para reproches. Pero algún funcionario con poder institucional recuerda ahora que le sugirió tres veces a Macri que no se presentara a la reelección. Le recomendó concretamente declinar sus candidatura presidencial y convocar a una gran PASO entre María Eugenia Vidal -como representante de Cambiemos- y el peronismo federal que en ese momento encarnaban Juan Schiaretti, Sergio Massa, Miguel Ángel Pichetto y Juan Manuel Urtubey. Ese dirigente cuenta que el Presidente llegó a dudar cuando escuchó su propuesta. Pero se impuso el optimismo del microclima del poder y, como se sabe, fue candidato y perdió.
fuente: infobae