Con una importante deuda que se sigue acumulando, problemas con los gremios por atrasos en los pagos al personal, y la demora en cerrar un cambio de propietario, el futuro de Garbarino parece encaminarse hacia una resolución judicial mediante un proceso concursal o la quiebra.
Por lo menos así surge de analizar la situación actual de la mayor cadena de electrodomésticos de la Argentina que, solamente en cheques rechazados, acumula un pasivo cercano a los $2.500 millones, que se suman a un conflicto con la Federación Argentina de Empleados de Comercio por supuestos incumplimientos en abonar sueldos y otros aportes a sus 4.400 empleados.
Vender la empresa
Carlos Rosales, actual dueño de Garbarino, venía sosteniendo conversaciones con un grupo empresario para vender el grupo empresario y, de ese modo, intentar acomodar los números y la situación financiera de la compañía.
En ese marco en los últimos días recibió una oferta concreta de parte de Facundo Prado, dueño de Supercanal, que habría sido rechazada, sumando más incertidumbre al futuro de la cadena que, a partir de esta situación, parece obligar a sus ejecutivos a tener que solicitar en la justicia la apertura de un concurso preventivo de acreedores.
Un paraguas judicial
El objetivo sería acceder al paraguas judicial para hacer frente a sus deudas a partir de un proceso de reestructuración que impida que la compañía termine en la quiebra.
A principios de mayo pasado, Prado, quien también es dueño de la cadena de TV por cable Supercanal y CEO del fondo CarVal, llevó a cabo una especie de due diligence sobre los balances y las operaciones de Garbarino para acercarle a Rosales una propuesta de compra del 100% del capital social.
El objetivo del empresario era apuntalar su desembarco en sociedad con el fondo inversor para tomar también el control de las otras firmas del grupo empresario como son la tecnológica Compumundo; la cadena de celulares Tecnosur; la fábrica de electrónica Digital Fueguina; Garbarino Viajes y la Financiera Fiden (que emite las tarjetas de crédito de Garbarino y Compumundo).
Sin acuerdo por ahora
Sin embargo, hasta ahora no hubo acuerdo entre ambos empresarios y desde el lado del grupo comprador se habría abierto un compás de espera para analizar si viabilizan otra oferta o desisten de manera definitiva.
Mientras tanto, los ejecutivos de Garbarino comenzaron a estudiar las ventajas y desventajas de presentarse en concurso preventivo dando por descontado quizá que la operación de venta a Prado se caería de manera definitiva.
Evitar la quiebra
En el mercado entienden que la quiebra de Garbarino no sería conveniente para ninguno de los involucrados, en especial a sus propios acreedores que en su mayoría son las empresas proveedoras de los artículos que la cadena ofrece y que cada día que pasa son menos por el rechazo de las empresas a seguir abasteciendo a la cadena mercadería, ni siquiera en consignación.
fuente:iProfesional