Se frustró la venta y no pagan los sueldos por lo que temen que los empleados empiecen a llevarse la mercadería. La gestión de Carlos Rosales, quien compró la empresa hace un año, no pudo acordar el ingreso de un nuevo socio, pero aseguran que negocian con una “empresa americana”.
Lejos de mejorar, la situación de Garbarino, la mayor cadena de electrodomésticos del país, es cada vez más incierta. Muy atrás parecen haber quedado los aires de renovación que llegaron hace solo un año para una situación ya muy crítica, cuando el empresario Carlos Rosales, dueño del grupo asegurador Prof, actual dirigente de San Lorenzo y ex funcionario bonaerense durante la gobernación de Daniel Scioli, se quedó con la empresa de la tradicional familia que le dio nombre a la compañía.
Rosales nunca pudo remontar el negocio, acuciado por una deuda extendida y el impacto de la pandemia en el consumo. Además del cierre constante de locales, en los últimos meses la empresa tampoco pagó sueldos. Fuentes sindicales fueron más allá en las últimas horas y directamente denunciaron un lockout patronal con cierre de comercios de la marca a nivel nacional.
Venta frustrada
Prado había acordado con Rosales una negociación con términos reservados. Quería quedarse con el total de la cadena, pero cerca del actual dueño aseguran que él “solo busca nuevos socios o inversores, no salir de la cadena”. Como sea, el entorno del titular de Supercanal da por cerrado el trato. Lo mismo había pasado meses atrás con otros interesados, como Inverlat, el fondo de inversión dueño de Havanna y otras marcas.
“Estamos afuera porque venció el tiempo de aprobación de nuestra propuesta y fue rechazada. Estiraron todo y, a último momento, nos dijeron que no. No hubo acuerdo económico, eso es lo que pasó”, aseguran cerca de Prado. “No sabemos qué pasará de acá en más. Hay mucha incertidumbre porque hay casi 4.000 familias en el medio y hay que encontrar una solución. Pero con nosotros no será, seguro”, afirmaron.
El jueves pasado la empresa dio la orden de cerrar todas las sucursales por “complicaciones mayores que se podrían dar en el contexto que estamos atravesando”. Temían saqueos: que los trabajadores se llevaran la mercadería como parte de pago de los sueldos adeudados, algo que estuvo a punto de pasar en sucursales del interior. El viernes, sin embargo, algunos gerentes volvieron a abrir sus locales.
fuente: infobae