La actriz denunció mediáticamente al protagonista de Un judío común y corriente por un hecho ocurrido en 2005, durante las grabaciones de Se dice amor.
Días atrás, la actriz Paula di Chello relató una situación de abuso sexual y violencia de género que habría sufrido por parte de Gerardo Romano, cuando ambos compartían elenco en la telenovela Se dice amor, la cual fue emitida entre 2005 y 2006.
Ahora, volvió a la carga en un móvil con Intrusos (América) en el que dio más detalles al respecto. “Eso pasó hace mucho tiempo. Es algo que ya tenía archivado, guardado. No pude hablar mucho del tema durante muchos años. Lo hablaba privadamente. Era una época en que no se podía hablar de eso. Se te aconsejaba que vos tenías que adaptarte a lo que había, que el mundo era machista, y más el medio. Me daba vergüenza, me sentí muy humillada”, dijo la actriz.
Luego, Di Chello recordó cómo fue aquel episodio. “Tuvimos una escena en una novela en la que él me empujó contra una pared y me mordió la boca. Me salió sangre. No me avisó. Y eso no estaba en la escena. No había escena de besos, él inventó el beso y, además, la mordida”, graficó.
En aquel momento, la reacción de la actriz fue hablar con su representante y retirarse de la telenovela, según explicó. Y agregó que ese episodio la alejó de la profesión. “Me dejó herida”, dijo. En cuanto a Romano, señaló que lo considera “una persona violenta” y “un maltratador”. “Siento que lo que pasó fue un abuso de poder. Él avanzó hacia un lugar… no sé adonde quería llegar”, señaló.
En el programa que conduce Florencia de la V fueron también por la palabra del actor, quien dio su versión de los hechos. “Me enteré de lo que dijo. Me parecen inexactas las cosas que plantea. No la conozco a la chica, o no la recuerdo… que es lo mismo. Ella dice dos cosas: que había una especie de acoso o de hostigamiento, que la corría por los pasillos. Yo me hice actor porque soy tímido, soy retraído. Además, me pesa decirlo, fui un tipo muy seductor, con mucha prensa, decían que era un sex symbol, cosas por el estilo. Yo no perseguí nunca a nadie por ningún pasillo, por personalidad y por cómo me iba. Me han perseguido, sí”, comenzó a responder quien hoy protagoniza el unipersonal Un judío común y corriente.
En cuanto a la escena en cuestión, planteó que era parte de la telenovela. “Esa escena no tiene nada de ilícito. Yo hacía de un hijo de puta, un acosador violento, un violador. Y tenía que hacer eso. Hay uno que hace de bueno, uno que hace de malo. Yo hacía de malo. Que no haga interpretaciones”, dijo Romano para darle contexto.
“No soy un violín, no soy un violador, ni un acosador. Tengo 76 años, no tengo nada en el prontuario, en ningún lado, no tengo una denuncia de nada a lo largo de 50 años de carrera. No sé quién es esta chica, que busca fama y que no le ha ido muy bien, porque yo no la he visto trabajar en ningún lado. Además, me gustan las mujeres que me gustan. En general coinciden con un canon de belleza que ella no posee. Y además, porque tengo ética. No violaría por ética, porque sería avasallar los derechos de otra persona”, se defendió el actor de El Marginal.
“¿Analizaste una denuncia judicial?”, le planteó el cronista. “No, porque no debe tener un mango. Y no voy a perder tiempo, con la edad que tengo y con lo que me queda en el carretel. No quiero que me pase como a Lito Cruz, ni como a Federico Luppi. Quiero que mis hijos tengan de mi la imagen que tienen”, contestó Romano. Y cerró con un mensaje polémico para di Chello: “Si consigue laburo con esto, bienvenido sea. Que le den una mano. Yo nunca tuve que calumniar a nadie gratuitamente. Además, ¿15 años después? ¿Qué síndrome es ese?”.
Si sufrís violencia de género o conocés a alguna víctima, llamá al 144: es gratis y atiende las 24 horas.