El actor contó cómo atraviesa este difícil momento. Además, se refirió a su familia, su trabajo y cómo hace para llevar adelante su obra.
Ni el calor, ni el Parkinson, nada impide que Gerardo Romano lleve adelante su obra en Mar del Plata. Aunque faltan horas para su presentación, el actor se dispone a llegar cuanto antes al teatro. Es que, a poco de revelar su enfermedad, la figura del espectáculo no baja los brazos y continúa con su trabajo.
En ese interín, su teléfono suena y él atiende. Con buen ánimo, contento por una nueva jornada actoral, Romano habla sobre su enfermedad: “Estoy bien, ya estoy acostumbrado, aunque en verdad uno no se termina de acostumbrar nunca”.
Al mismo tiempo, el intérprete de Atín en El Marginal explicó hace cuánto lidia con esta enfermedad y cómo se adaptó a la misma: “Me la detectaron hace 7 años. Trabajo mucho para que no me chupe la depresión”.
A lo largo de su trayectoria, el artista siempre destacó al trabajo como una fuente para superar obstáculos y salir de las situaciones más oscuras de su vida. En ese sentido, su obra Un judío común y corriente se volvió vital para él: “Estoy contento de seguir con la obra, a pesar de esto. Trabajar es lo más preciado, la posibilidad de decir lo que decís, de hacer lo que a uno le gusta”.
Pero más allá del motor que representa el trabajo, el actor cuenta con el apoyo y acompañamiento de su familia: “Ellos no sé cómo están, me quieren, les debe doler, pero la vida es así. Ellos me ven trabajando, tengo Parkinson pero no puedo entregarme y renunciar”.
Gerardo se luce en el unipersonal escrito por Charles Lewinsky, en la versión en español de Lázaro Droznes y con dirección de Manuel González Gil, que refleja el conflicto que debe resolver un judío alemán cuando recibe la invitación de un profesor de Ciencias Sociales de una escuela secundaria, cuyos alumnos quieren conocer a un judío en persona después de haber estudiado el nazismo. Y, entre otros reconocimientos, ha recibido una distinción en los Premios Konex 2021 por este trabajo, que le valió excelentes críticas por parte de la prensa desde su debut en el año 2015 hasta la fecha.
A mediados de 2023, Romano había sufrido otro problema de salud. El actor había sido internado en el Instituto del Diagnóstico y Tratamiento por un cuadro de neumonía. Tras recibir el alta, manifestó sus ansias por volver al teatro luego de haber tenido que suspender la función de su unipersonal.
En ese entonces, el actor de 77 años anunció la noticia en Instagram: “Pido disculpas a los espectadores de hoy, pocas veces lamenté tanto cancelar una función, pero debido a cuestiones médicas estoy internado y no podré hacer hoy Un judío común y corriente. Los abrazo”.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo que afecta el sistema nervioso y las partes del cuerpo controladas por los nervios.
Los síntomas aparecen lentamente. Los más comunes son los temblores, las contracciones musculares dolorosas y la dificultad para hablar. Muchas personas con la enfermedad de Parkinson también acaban padeciendo demencia.
La consecuencia más importante de esta pérdida neuronal es una marcada disminución en la disponibilidad de dopamina, principal sustancia sintetizada por estas neuronas, lo que origina una disfunción en la regulación de las principales estructuras cerebrales implicadas en el control del movimiento.
Esta enfermedad es considerada como una de las patologías neurodegenerativas más comunes relacionadas con la edad y afecta al 1% de las personas mayores de 60 años y al 0,3% de la población general, según la Escuela de Medicina de la Universidad de Texas, EEUU.