Fernando Albareda, cuyo padre fue un subcomisario desaparecido durante la última dictadura militar, había asegurado que encontró a la víctima, Susana Montoya, muerta en el patio de su casa.
El crimen de Susana Montoya, viuda de Ricardo Fermín Albareda, un subcomisario de la División Comunicaciones de la Policía de Córdoba que militaba para el ERP, tuvo un giro inesperado en las últimas horas: detuvieron a su hijo Fernando, militante de HIJOS, como el autor del homicidio.
El caso se manejó con un absoluto hermetismo. El fiscal Juan Pablo Klinger tomó esa determinación a raíz de las sospechas que surgían sobre el entorno de la mujer de 74 años, asesinada, el 1 de agosto pasado, en su casa de Córdoba. El primer indicio: los accesos no habían sido violentados.
El hallazgo fue la segunda pista que guió a los investigadores hacia el presunto asesino. El militante, que también es empleado de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, fue quien se comunicó con la Policía. Según explicó a la prensa, encontró el cuerpo de su madre tendido en el patio. En una de las paredes de la propiedad, se encontró una pintada, presuntamente realizada con labial rojo, que rezaba: “Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos #Policía”.
Esa supuesta amenaza fue la clave que destrabó el caso. El informe preliminar técnico del Área de Grafocrítica de Policía Judicial estableció que “los manuscritos presentan grafocinetismos afines con algunos de los grafismos de los anónimos analizados con motivo de las amenazas denunciadas el 8 de diciembre del año 2023 por el imputado, presentando ambas características similares a las de Fernando Armando Albareda”.
Sucede que el militante, en esa fecha, había denunciado el hallazgo de carteles intimidantes en la puerta de su casa: “Sos hijo de terrorista. Se terminaron los amigos de la Policía”; “No vayas más a la escuela ni a Jefatura”, “Va a morir”; “Te vamos a juntar con tu papito”, se podía leer en fibra negra y recortes de diario. Debajo de las amenazas, había seis balas calibre .22.
En resumen, tanto el escrito hallado en la pared de la escena del crimen de Montoya como los carteles intimidantes fueron realizados por la misma persona: Albareda. Resta conocer el resultado de la pericia definitiva.
Tras su detención fue trasladado al penal de Bower. Ahora, Klinger espera su traslado a sede judicial para proceder a la indagatoria por el delito de homicidio agravado por el vínculo.
En la investigación intervino la Unidad Judicial de Homicidios, la Brigada de Investigación de Homicidios –dependiente de la Dirección General de Investigaciones Criminales de la Policía de la Provincia- y los distintos gabinetes científicos de la policía judicial del Ministerio Público Fiscal de Córdoba.
El caso
El parte de prensa que dio cuenta del homicidio fue emitido a las 10.50 del sábado pasado. “Encontraron sin vida a una mujer en una vivienda”, decía a secas el comunicado. Luego, se amplió: “En un domicilio ubicado en calle Miguel Andrés Camino al 4800 de B° Ampliación Poeta Lugones, fue hallada una mujer de 74 años sin signos vitales. Un servicio de emergencias acudió al lugar y constató su deceso. Se investigan las circunstancias en las que sucedió este episodio. Interviene en la causa la Fiscalía de Instrucción de Distrito IV turno 3º, a cargo del Dr. Juan Pablo Klinger”.
El informe preliminar de la autopsia sobre el cuerpo de Susana Beatriz Montoya, la mujer de 74 años asesinada en su casa de Córdoba, determinó que el traumatismo de cráneo, provocado por un fuerte golpe en la cabeza, combinado con una asfixia mecánica por estrangulamiento, fueron las causas de su fallecimiento.
A la vez, creen que la víctima fue asesinada entre el jueves por la noche y la mañana del viernes, cuando fue hallada, sin vida, en el patio de la vivienda.
En marzo de este año, se hizo entrega en el edificio de la Jefatura de Policía el legajo reparado a través de decreto a los familiares de Ricardo Fermín Albareda. El reconocimiento por parte del Estado incluye un resarcimiento económico por salarios caídos. Montoya era una de las beneficiarias del dinero que iba a acreditarse en los próximos días.