Daniel Scioli espera su segundo hijo a los 60 años. Lo anunció anoche, en una entrevista con Jorge Rial en su programa de A24. Pero su pareja, Gisela Berger (28), no esperó ni un minuto para salir a denunciar una grave situación: el político le habría pedido que abortara.
Ya en el tercer mes de gestación, la modelo cordobesa disimuló en todo esto tiempo su embarazo, y hasta se lo ocultó a su familia. “(Porque) si Daniel me dice: ‘No digas (que estás embarazada)’, yo no digo. Pero soy una persona que estalló, porque la mentira conmigo no va”, afirmó esta mañana Berger, en diálogo con Antonio Laje, Buenos días América.
Pero, concretamente, ¿le pidió que abortara? “En tres meses hablando del tema se nombró todo los sinónimos sobre esa palabra, incluida esa (aborto). Lo primero (que le dijo Scioli): ‘Si hay algo para tomar… Para hacer que esto baje… ¿No existe algo?’. Así arranca. Fueron tres meses hablando del tema. Yo vuelvo a preguntar, porque estaba esperando otra respuesta. Hace poquito tiempo estallé y me agarró un ataque de nervios porque no lo puedo creer… no lo puedo creer, no puedo creer esto (repite una y otra vez). No sé cómo explicar, es tremendo”.
¿Existe una prueba concreta, más allá de su palabra, del pedido de aborto de Scioli? Porque en el entorno del dirigente la desmienten. Es aquí cuando la declaración de Berger se torna confusa. “Mirá lo que te digo (le habla al periodista que la consulta), para que lo tengas en cuenta: bebé muerto, bebé muerto. Que se callen, que no hablen que no digan que no hablaron de aborto. Bebé muerto, bebé muerte, bebé muerto…“.
Berger menciona entonces el supuesto affaire de Scioli con la mediática Sofía Clérici, que puso al político en el centro del escándalo el pasado lunes. Según la ex bailarina de ShowMatch, el ex candidato presidencial evita abordar ese tema en su entrevista con Jorge Rial porque “no va a hablar de nada que lo perjudique… Entonce sale con esa flamante noticia, como si fuera el papá feliz”, sostuvo la modelo.
La aparición de “esta chica” -es decir, Clérici- resulta clave en la ruptura de su pareja con Scioli. Gisela no cree que sean sólo amigos: “Es obvio que si se juntaron una hora fue para tener sexo”, dice. Al descubrir las fotos, los audios y los chats comprometedores, cuando “la mentira quedó a la vista”, Berger dejó la casa de La Ñata.
“Me pidió perdón a través de mensajes de texto y nada más. Llegué a casa y tenía calambres en la panza. Mi familia vive en Córdoba y no sabía (del embarazo); hoy me levanté temprano para explicarles, porque si Daniel me dice ‘No digas (que estás embarazada)’, yo no digo. Pero soy una persona que estalló, porque la mentira conmigo no va“.
En su convivencia con Scioli “había días buenos y malos, donde venía la nube negra”. “En los buenos -recuerda Berger-, trataba de preguntarle qué pensaba sobre seguir con esto, para probarlo y ver qué cosas me decía él”. Incluso, en las primeras semanas del embarazo, cuando ella quería hablar por teléfono del tema el dirigente la llamaba “por otra vía”: “No por la telefónica porque ahí están las escuchas y podía quedar grabado”.
En ese tiempo inicial del embarazo Gisela se recluyó en La Ñata. “No salía demasiado y estaba con síntomas. Necesitaba hacerme análisis, pero era un tema porque no me los dejaba hacer. Hasta que consiguieron una persona de confianza. Yo estaba anémica y me dieron 20 inyecciones de hierro”.
Impulsada por el presunto affaire con Clérici, se fue de la casa que compartía con Scioli llevándose sólo su cartera, una campera y las llaves del auto. Gisela ahora vive sola en Capital. “Quiero recobrar la paz que no tengo, porque me la sacó Daniel. Estoy tratando de entender un poco todo: todavía estoy en shock”.
¿Y por qué habla ahora? ¿Sabe que puede perjudicarlo en su vida política? “No estoy queriendo hacer nada con esto, ni para un lado ni para el otro. Tampoco quiero perjudicar a nadie. Lo único que me importa es mi salud, y que no jueguen con mi vida. Yo sé la cabeza de ellos (por los integrantes del entorno de Scioli), y lo que piensan, el mundo donde viven. Yo tengo una vida normal”.
La modelo también habló de Lorena Scioli, la hija que el ex gobernador bonaerense: “La vi pocas veces. Si bien no conozco mucho su historia, ella debe haber sufrido muchísimo con lo suyo (hace referencia al hecho de que Scioli la reconoció cuando ella tenía 15 años). Compartí muy poco con ella, pero es una persona hípersensible, súper madre con sus bebés”. Justamente Lorena eligió una foto de Felipe, su hijito menor, para postear en Twitter un sugestivo mensaje: “Parece que hoy prefiere no mirar ni escuchar”.
“Enamorada” pero “decepcionada”, al punto que hoy no lo quiere “ni ver”, Gisela no descarta una reconciliación con Daniel. “Estoy esperando un bebé, no sé lo que puede llegar a pasar”.