Las imágenes las tomó la hermana de la víctima a escondidas del agresor. La mamá radicó la denuncia y la fiscalía investiga el hecho. “Se terminó el calvario”, aseguró el joven.

Fue el lunes 27 de enero a la tarde en Navarro, provincia de Buenos Aires. A Graciela Hernández le sonó el celular: era su hija Camila, de 14 años. A diferencia de otras veces, la adolescente no llamó para saludarla, ni para preguntarle a qué hora regresaba a la casa. “Estaba preocupada por su hermano mayor, Maxi. Me dijo: ‘Mamá, creo que Federico lo está maltratando’”, contó Graciela a Infobae.

Federico López (29) era, desde hace un año y medio (hasta hace dos días), el acompañante terapéutico de su hijo mayor, Maxi (28) quien, en 2011, se accidentó mientras andaba en moto. Lo que le generó un traumatismo cráneo encefálico y una hemiplejia espástica semirrígida. La discapacidad, explicó su mamá a este medio, es motora pero no cognitiva.

Tras la advertencia de su hija menor, Graciela le indicó que filmara la situación. “Cuando Federico y Maxi salieron a caminar, ella aprovechó para poner el teléfono grabando en dirección hacia donde se ve el video y se escondió”, explicó la mujer.

El resultado fue impensado. En las imágenes se ve al hombre que le dice de mala manera: “¡Dale Maximiliano. Dale, nene!”. Y cuando este no logra incorporarse y se cae al sillón, Federico se le tira encima y lo golpea.

Según Graciela, durante los 18 meses que Federico trabajó en su casa, Maxi nunca le manifestó que él lo maltrataba. Sin embargo, en el último mes, ella notó que su hijo estaba “raro” y con algunos “retrocesos”. “Yo le preguntaba si le pasaba algo y me decía que ‘No’. Pero después de que su hermana grabó esa secuencia, vino, me abrazó y me dijo: ‘Mamá, tengo una buena noticia para darte. Se terminó el calvario’”, refiere Graciela.

Luego de ver el video, Graciela Hernández radicó la denuncia. A Federico López -cuenta a Infobae- se lo había recomendado una amiga que además es compañera de trabajo suya en el hospital. “Él (López) se enteró de todo esto por los medios. Cuando fue a la comisaría negó todo y dijo que era un malentendido”, cuenta Graciela.

Al principio, López iba a cuidar a Maxi todos los días. Hacían ejercicios y salían a caminar. Era un complemento a las actividades diarias que el joven de 28 años realizaba en el Centro de día “Lobos al sol”, donde asiste de lunes a viernes de 8 a 17 hs. Los últimos meses, sin embargo, López solo iba tres veces por semana (lunes, miércoles y viernes) de 18 a 20 hs. El lunes 27 de enero por la tarde fue cuando ocurrió todo esto.

“Maxi tiene varios hematomas en el brazo que no puede mover: le aparecieron dos días después de que fui a declarar. Desde la fiscalía me llamaron para que lo lleve de nuevo al hospital de manera que queden asentados como prueba”, concluyó la madre, quien todavía no puede creer el calvario que atravesó su hijo.

 

 

fuente: infobae

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