El viernes la empresa Viluco, perteneciente al Grupo tucumano Lucci, pidió ante la Subsecretaría de Trabajo de Santiago del Estero el Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), mientras que sus directivos informaban al Sindicato de Aceiteros que prevén el despido de 117 de los 200 trabajadores que emplea la productora de biodiésel radicada en Frías.
La crítica situación de la última aceitera construida en el país, que fue inaugurada por la ex presidenta Cristina Kirchner a fines de 2009, había sido anticipada hacia varias semanas por distintos medios periodísticos. Los voceros del Grupo Lucci, en aquel momento, se negaron a hablar y ensayaron una tímida desmentida en los diarios nacionales. Pero la realidad terminó imponiéndose.
Nueva situación
La nueva situación, que implicaría el despido de más del 60% del personal de Viluco, fue confirmada por fuentes gremiales que participaron en las últimas horas de una reunión en la cartera laboral provincial. El viernes a la mañana, con la mala noticia confirmada, los obreros se concentraron en las puertas de la enorme planta ubicada sobre ruta nacional 157, en defensa de sus fuentes de trabajo.
En estado de alerta
Hugo Toledo, delegado local de la Unión de Recibidores de Granos (URGARA), que nuclea a los trabajadores afectados, explicó: “Hemos decidido convocarnos con los obreros afectados en las puertas de la planta y si bien aún no nos consideramos despedidos, estamos al tanto de la reunión realizada en el Ministerio de Trabajo de la Provincia, pero queremos que se haga valer nuestro derecho laboral”.
Procedimiento Preventivo de Crisis
Por su parte, el secretario general del Sindicato de Trabajadores Aceiteros en Santiago, Luis Paz, relató cómo fue que le informaron sobre los despidos que pretende realizar la empresa. “Nosotros recibimos una notificación de audiencia el miércoles por un Procedimiento Preventivo de Crisis que había presentado Viluco. Nos presentamos para ver cuál era la propuesta de la empresa. Entramos a la audiencia, nos presentaron los balances que según ellos acreditan al PPC y también nos plantean que va a haber 117 despidos”, indicó.
Decisión tomada
El sindicalista agregó, según testimonios, que los empresarios “traían ya una decisión tomada de 117 despidos. Desaparecía la sección acopio que es la más afectada, con unos 77 operarios y que los demás trabajadores eran del sector crushing (molienda) que les pertenece al gremio de aceiteros”. Además Paz informó que la propuesta era pagar solamente 50% de la indemnización y en cuotas.
Quieren pagar la mitad de la indemnización
El dirigente de Urgara, Toledo, confirmó: “La empresa quiere abonar el 50% del valor de la indemnización que nos corresponde por nuestros años de servicio. Lo que nosotros exigimos es que nos pague el 100% y además la actualización del sueldo retroactivo a 2017, ya que en esa oportunidad hemos acordado preservar nuestra fuente laboral resignando aumentos para evitar despidos”.
La empresa quiere aplicar el artículo 247 de la ley 20.744 del Régimen de Contrato de Trabajo, el cual establece que “en los casos en que el despido fuese dispuesto por causa de fuerza mayor o por falta o disminución de trabajo no imputable al empleador fehacientemente justificada, el trabajador tendrá derecho a percibir una indemnización equivalente a la mitad de la prevista”.
A fines de febrero, y en base a testimonios, se sabía de la “la delicada situación de la empresa”: Viluco había puesto en venta su planta de Frias y estaba analizando la posibilidad de despidos, el alquiler de un acopio en Salta y la decisión de dejar de comprar soja a los productores del Noroeste.
No cierra, se achica
En aquel momento, el gerente de Recursos Humanos de Viluco, José Luis Palacio, relató que la empresa tiene un cupo de provisión de biodiésel para el mercado interno de 9.000 toneladas por mes, obtenido a través de un amparo judicial. Y aseguró: “Nosotros no estamos cerrando la planta ni haciendo ningún despido”.
Un sueño perdido
La planta de Viluco es una de las últimas que se construyeron en el país. Fue inaugurada el 16 de diciembre de 2009 tras una inversión sorprendente para Santiago del Estero, de unos 90 millones de dólares aproximadamente. Detrás de ella había un sueño: que la soja fuera procesada en el lugar donde se produce. Se trata de la única planta de crushing de soja y producción de biodiésel en toda la región Noroeste, y el sueño original era que absorbiera las cosechas de soja de Salta, Tucumán y Santiago del Estero, unas 2,5 millones de toneladas.
fuente. bichodecampo