Por Pablo Batalla* para Diario Cuarto Poder | Una vida de circo. Ayer, Enrique Pedicone recibió otro revés, al definir el juez Juan Pisa descartar las grabaciones aportadas como prueba en la acusación contra el vocal de la Corte Suprema, Daniel Leiva.
Un viaje por el túnel del tiempo
En el viejo recinto de calle Rivadavia 129, el rostro burlón giró con la cabeza de cabellos desordenados para posar la mirada sobre el palco de periodistas a la espera de aprobación, mientras los legisladores republicanos gritaban: -no mire a la prensa.
Se trataba del ex intendente de Monteros y por entonces legislador peronista, Enrique Pedicone, quien era uno de los principales animadores del juicio político que se le seguía al represor Antonio Domingo Bussi, en ese momento gobernador tucumano.
A Bussi le habían descubierto una cuenta secreta en Suiza. Pedicone aludía a Bussi como “Antonio Doménico” en sus alocuciones, lo que despertaba hilaridad entre sus pares. El represor no fue destituido pero Pedicone tuvo su hora de gloria.
Sin el premio de las urnas
Pedicone había tenido más de 15 minutos su tiempo en la cresta de la ola, dentro de una oposición peronista entre la que había que abrirse paso a codazos. Sin embargo, los réditos de su exposición mediática no tuvieron efecto en las urnas.
Es por ello que el parlamentario provincial se mantuvo dentro de la estructura de la maquinaria justicialista, pero sin el protagonismo con el que soñaba, porque al “mirandismo” siguió una gestión personalista con el “alperovichismo”.
No se llevaba mal con José Alperovich. Juntos habían compartido el recinto legislativo (Alperovich era radical por entonces), sin embargo, no estuvo entre las preferencias de los obsecuentes que formaban parte del nucleo duro.
Desembarco en la Justicia
Como abogado que era, Pedicone vio la posibilidad de desembarcar en el Poder Judicial y para ello concursó el cargo de vocal de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, en donde quedó en la terna y fue elegido por el gobernador Alperovich.
Asumió en junio de 2015, en el mismo acto en que también hicieron lo propio María del Carmen Reuter, como fiscala número 3 por la Capital y Ernesto Salas López, como fiscal en lo Correccional número 1.
Se trataba, sin dudas, de un cargo que volvía a colocar a Pedicone bajo los reflectores mediáticos, para lo cual, sus viajes mañas y habilidades estaban prestas a resurgir para que se encendieran las cámaras y le acercaran micrófonos.
Aceitando la puerta giratoria judicial
A poco de asumir, el flamante juez Pedicone fue al choque con el ministro Fiscal, Edmundo Jiménez, a quien le cuestionó algunas decisiones, entre ellas, la de alterar el sistema de suplencias de fiscales y por la designación de un relator.
Los encontronazos entre Pedicone y Jiménez se sucedieron en la causa contra el ex titular de la Dirección de Arquitectura y Urbanismo (DAU), en la causa Paulina Lebbos y en la denominada causa Tevez. A esos chispazos mediáticos sumó un escándalo.
En 2018 declaró inconstitucional la prisión preventiva, lo que benefició a dos homicidas y un violador de menores. Eso llevó a Jiménez a afirmar que “en la puerta giratoria el portero es Pedicone. Es quién la está lubricando”.
Desesperado por traer una investigación a Tucumán
La denuncia por abuso sexual y corrupción contra el senador nacional José Alperovich, mostró una faceta de desesperación en el juez Pedicone, tras ser sorteado para analizar el pedido de la defensa del senador para que la causa se tramitada en Tucumán.
No sólo se mostró partidario de que la investigación sea llevada adelante por la justicia provincial, sino que también declaró la causa como asunto de Feria Judicial y trató de apresurar la comparencia de las partes.
Lo que debió hacer, es excusarse por haber sido designado durante la gestión del tres veces gobernador tucumano, pero no lo hizo, lo sedujeron más las luces de una investigación que tenía sobre sí toda la atención mediática.
El último escándalo
Los jueces hablan a través de sus fallos, pero también por el modo de conducirse. Es por ello que no llamó la atención que la acusación formulada contra el vocal de la Corte, Daniel Leiva, primero haya sido conocida por los medios de comunicación.
Pedicone acusó a Leiva de pedirle que extienda lo más que pueda la causa de acoso contra el legislador Ricardo Bussi, pero cayó en el error de realizar la denuncia ante los medios sin ir primero a la Justicia.
El resultado más reciente de esta acusación, en el ámbito judicial, fue la decisión del juez Juan Pisa de desestimar los audios de la supuesta conversación con Leiva por haber sido manipulados por terceros antes de presentarse como prueba.
Los pedidos de la fiscalía y la defensa de Leiva
En el marco de esta causa, la fiscal Mariana Rivadeneira había solicitado la exclusión de los audios como prueba, lo que fue tenido en cuenta por el juez Pisa, quien argumentó que los dispositivos electrónicos no tuvieron resguardo.
La fiscal había rechazado el pedido de la defensa de Leiva, a cargo del ex Fiscal Anticorrupción, Esteban Jerez, quien había solicitado la nulidad del acta del 28 de julio en la que el secretario judicial Fernando Valladares daba fe de los audios.
En el plano judicial, sin embargo, le queda a Pedicone acudir a la Corte Suprema, para que revea la decisión de Pisa. Las recientes declaraciones del juez en uso de licencia no parecen tener mucha fe en cuanto a la suerte de su acusación.
Quien a hierro mata, a hierro muere
Lejos está Enrique Pedicone de ese simpático legislador, que se tomaba todo a la risa, en el juicio político contra el represor Antonio Bussi. Hoy le toca, justamente a él, enfrentar una serie de presentaciones ante la Comisión de Juicio Político de la Legislatura.
Seguramente no habrá nadie que gire buscando el palco de los periodistas para reírse de sus chanzas, pero muchos harán leña de los infantiles errores cometidos en su acusación al vocal de la Corte.
La puerta giratoria que el mismo propició en 2018 es la que hoy se le vuelve en contra en una provincia que vio nacer al payaso de ese circo mediático que no dura para siempre y que hoy se diluye en el pasado como la célebre canción de Gaby, Fofó y Miliki.
*Columnista, analista político
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