Los clientes prepagos deben validar sus líneas y vincularlas con un código único que identifica a cada teléfono. Así, pueden bloquear los equipos ante una denuncia de robo.

Los locales funcionaban en tres galerías de la avenida Corrientes al 2300, entre Azcuénaga y Pasteur, en la zona de Once. Los carteles ofrecían servicio técnico y venta de celulares usados. Pero el negocio era otro: la Justicia allanó los comercios y secuestró 2.500 teléfonos robados. El fiscal que encabezó la investigación pidió que las posibles víctimas enviaran un mail con los datos de sus equipos, para cotejarlos con los hallados en los negocios. En menos de un mes recibió tres mil consultas.

La masiva respuesta evidencia un fenómeno que tiene números: según cifras oficiales, en 2016 se robaron 4.700 celulares por día en todo el país. Para bajar esa cifra, el Gobierno habilitó un registro oficial que busca evitar que los teléfonos robados puedan ser reutilizados. “El equipo se reduce a un pisapapeles o a un reproductor de música. Así se desalienta el delito, porque pierde poder de reventa”, explicaron en el Ministerio de Seguridad de la Nación.

El registro tiene dos pasos centrales. El primero es validar la línea. Es un trámite que apunta a los usuarios de planes prepagos, ya que los que cuentan con un abono mensual ya figuran como titulares en las compañías prestadoras del servicio. Según cifras oficiales, el primer grupo es mayoritario: representa casi el 80% de todos los clientes.

El procedimiento promete ser rápido: hay que llamar al *234# (para los clientes de Nextel es *228), cargar el DNI y responder algunas preguntas de seguridad. Aunque varía según la compañía, en general son sobre datos como nacionalidad y fecha de nacimiento. Sin embargo, puede haber ítems más específicos. “El sistema funciona conectado con el Veraz y el Registro Nacional de las Personas (Renaper), por lo que puede hacer consultas sobre los últimos domicilios o hasta preguntar si conoce a una determinada persona”, detallaron fuentes que participaron del diseño de la iniciativa, bautizada “Registrá tu línea y hablá seguro”.

El trámite también se podrá realizar en puestos fijos. El primero fue inaugurado ayer en avenida Rivadavia y General Paz, en el límite entre el barrio porteño de Liniers y la localidad bonaerense de Ciudadela.

La validación de la línea también permite vincularla con el número de Identidad Internacional de Equipo Móvil (IMEI), un código único que identifica cada equipo y permite bloquearlo en el caso de un robo o un extravío. “Es algo automático. El usuario no necesita conocer ese número”, aseguraron los especialistas.

Los que ya poseen una línea activa tienen 18 meses para validarla. Aquellos que adquieran una nueva deberán hacerlo para poder utilizarla. Los que ya están registrados pueden chequearlo a través del mismo número (*234#): un mensaje de texto les confirmará que no hace falta realizar el trámite.

El segundo paso para evitar que el teléfono robado sea utilizado por otra persona es hacer la denuncia. Se pueden realizar a través de un número único, el *910. “Automáticamente se da de baja la línea y se bloquea el IMEI. Ese código, que es como una especie de número de motor de un auto, entra en una ‘lista negra’ y no se puede volver a utilizar. Si alguien le quiere colocar un chip, le va a aparecer un mensaje que le indica que el equipo no está habilitado”, explicaron desde el Ministerio que encabeza Patricia Bullrich, quien ayer presentó el registro acompañada de sus pares de la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires, Cristian Ritondo y Martín Ocampo. También estuvieron presentes el ministro de Comunicaciones de la Nación, Oscar Aguad, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Aunque advierten que el número de IMEI puede adulterarse, especialistas consultados coincidieron en que la medida ayuda a desalentar el robo de celulares. “Se puede cambiar ese código, pero no es un procedimiento sencillo porque requiere un nivel de conocimiento específico. Varía mucho según el modelo del celular y el sistema operativo con el que funcione”, explicó Camilo Gutiérrez Amaya, jefe de laboratorio de Investigación para Latinoamérica de la empresa de seguridad informática Eset.

Para Gutiérrez Amaya, es clave que la información de los teléfonos denunciados sea compartida con otros países de la región. Esas “listas negras” permiten que no se utilicen equipos y números de IMEI robados en otros lugares

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