La mujer de 29 años hizo videollamadas grupales y envío mensajes incomprensibles en la madrugada previa a la muerte de Milo. Qué dijeron sus vecinos de Parque Patricios.
Los vecinos de Paula Yasmina Guerrero en Parque Patricios hablan de una chica de trato cordial, aunque en ocasiones problemática, de una maternidad irresponsable y hasta de supuestos maltratos a sus hijos. Pero la mayoría no creía, o no quería creer, que podría ser capaz de algo tan atroz.
Paula, de 29 años, está detenida desde el domingo a la madrugada en una celda de la Alcaidía 12B de la Policía de la Ciudad, acusada de matar a Milo Derto, el menor de sus dos hijos, de apenas dos años. Esta tarde, Paula se enfrentará a la jueza Alejandra Provitola, que está a cargo del caso y le tomará declaración indagatoria mientras aguarda el informe de la autopsia que precise qué es lo que provocó la muerte del chico.
Hacía ya casi siete años que Paula vivía en Parque Patricios: primero en un monoambiente sobre la calle Cátulo Castillo al 3.000. Luego se mudó a un dos ambientes en el 4° piso de un edificio sobre la avenida Caseros al 2400, donde este fin de semana la detuvieron.
En su primer edificio, donde vivió durante seis años en dos departamentos distintos, la recuerdan como una chica conflictiva. “Vivimos un infierno acá con ella. Todas las noches se escuchaban gritos y golpes, se vivían peleando con el padre del nene más chico”, contó una vecina que prefiere preservar su identidad: “Hasta sangre hemos encontrado en el pasillo”. Los vecinos de la planta baja hablan de múltiples denuncias, de llamados a la Policía a la madrugada para intentar controlarla: “Le decías cualquier cosa y ya te miraba mal”.
“Yo la quería como una hija y ahora la odio por lo que hizo”, se animó a contrastar con el recuerdo común una mujer que trabaja en el edificio hace años y vio a sus hijos crecer: “Era una buena chica, siempre muy amable. Pero no se hace eso con una criatura. Dáselo a un pariente, no sé, resolvelo de otra forma. Esto es una locura, todavía no lo puedo creer”.
En agosto de 2021, los problemas con los vecinos ya eran muchos y Paula decidió irse a alquilar a otro lado. Se mudó a unas ocho cuadras con Felipe, el padre de Milo, y los dos chicos: el menor, nacido en la Nochebuena de 2019 y el más grande, C., de 9 años, que vivía repartido entre las casas de su mamá y su papá, una pareja anterior de la ahora detenida.
Felipe Derto y Paula se habían conocido hace cuatro años, trabajando en un restaurante de San Telmo. Al poco tiempo ella quedó embarazada de Milo y algunos meses después del nacimiento, según la familia Derto, la relación se volvió “tóxica”: ella lo acusaba de ser violento y hasta pidió una restricción perimetral, él le aseguró a su familia que era ella quien lo maltrataba e inventaba agresiones. A pesar de todo, la relación y la convivencia seguían.
En el nuevo departamento -que fue allanado por la Policía porteña este domingo- las cosas no cambiaron demasiado.
“Estuvo todo bien hasta octubre, más o menos, cuando ella lo echó a él. Ahí empezaron a ir y venir, se mataban discutiendo, armaban escándalo en el edificio. Los vecinos escuchaban golpes, a veces ella les tocaba el timbre a la madrugada a los gritos. Acá la denunciaron varias veces”, revelaron en el edificio de la avenida Caseros.
Desde ese momento, dicen sus vecinos, la actitud de Paula cambió completamente. “A la mañana aparecía con olor alcohol, la mirada perdida, se notaba que no estaba bien”, relató una mujer que veía las botellas que diariamente sacaba en bolsas de adentro su casa. Y agregó: “Se iba a la calle a hablar por teléfono y a fumar y los dejaba a los chicos en el palier. Andaban descalzos y solos por ahí, esperándola a ella, que a veces decía que salía a comprar y tardaba un montón, los dejaba solos”.
En el barrio también llamaba la atención su actitud. “Para mí esto fue una muerte anunciada”, dijo un comerciante de la cuadra. Y añadió: “No sé si era alcohol lo que consumía o qué, pero la veía siempre con los chicos como distraída. Una vez vino a comprar algo cerca de las 18 y estaba completamente tronada. Te dabas cuenta que no estaba en condiciones de cuidarlos, era claro que no podía hacerse cargo”.
En Año Nuevo, después de una feroz discusión dentro del departamento, Felipe y Paula se separaron y el 10 de enero él la denunció en la Comisaría 4 de Parque Patricios. El jueves pasado, la última vez que Felipe vio a su hijo con vida, según declaró, notó que ella no estaba bien y vio a su hijo “como perdido”. Por eso decidió hacer una presentación formal ante la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) para acceder a una tenencia temporal.
La Justicia resolvió a favor de Felipe y determinó que en el día de ayer, lunes 17, el niño sería entregado al padre para su guarda. El viernes, sin embargo, alguien llamó a Paula para notificarla de la resolución judicial y ella, sospechan en la familia de su ex pareja, perdió los estribos.
Como lo hacía desde la separación, Paula empezó a llamar y a enviar mensajes de audio y videos a Alexis Derto (36), hermano de Felipe, a quien no conocía personalmente, ya que toda la familia vive en la ciudad de Puerto Madryn.
En sus primeros mensajes, a principios de enero, le pedía a Alexis que hablara con su hermano, que lo hiciera recapacitar. Le mandaba fotos de golpes que supuestamente le había provocado Felipe y que él asegura eran autoinfligidos.
A partir de la semana pasada, sin embargo, Paula empezó a buscar a Alexis con cierta insistencia.
Lo llamaba y le enviaba mensajes incomprensibles, donde hablaba, entre otras cosas, de terminar con su vida y la de su hijo. “Me pedía plata y cuando yo le decía que le compraba lo que necesitara para Milo me decía que lo que quería era plata para comprar pastillas. Creemos que tomaba clonazepam y que lo mezclaba con alcohol”, recordó Alexis.
En uno de los últimos audios que le mandó, y que el hombre compartió con este medio, Paula hizo una suerte de despedida de parte de Milo hacia su familia. “Nada más quería decirte gracias porque mostraste ser un buen tío y persona, pero no vamos a sufrir un día más con este bebé. Ya me cansé de llamarlo (a Felipe) y no atiende. Solo queríamos despedirnos de él. Vivir así no es vivir. Es mejor no vivir”, dijo. “No te conozco pero, por haberme escuchado, te quiero. Vení, decile: ‘Chau’ al tío, hasta acá llegamos nosotros. Cuidate”, agregó y se quebró.
“Decile ‘me hubiera encantado conocerte tío Fale’. Pero bueno, hasta acá llegó nuestra vida”, se la escuchó decir en otro video que le envió.
“Como me empezó a asustar, fui a la Comisaria Nº4 de Puerto Madryn y pedí si, por favor, me podían tomar una denuncia, pero me dijeron que no, que era de otra jurisdicción”, detalló el tío del nene.
El viernes a la medianoche Paula hizo una videollamada grupal con Alexis y otras 10 personas, que cuando la veían se desconectaban: ella lloraba frente a la cámara, el bebé también, y Alexis le dijo que por favor dejara de llamarlo, que tenía que madrugar al día siguiente para trabajar. Lo llamó de nuevo a las 3 y cortó después de que atendiera su mujer. También le envió mensajes a las 6: “Mandame jazmines”, le puso. Todo ese material ya fue presentado por la familia Derto a la fiscalía del caso.
El sábado a las 14, una tía de Paula fue hasta el departamento y se encontró lo peor: Milo estaba muerto, tapado con una frazada. La mujer, que no quiso responder preguntas de este medio, llamó a la Policía y el chico fue trasladado al Hospital Garrahan, donde los médicos confirmaron que había sufrido un paro cardiorrespiratorio, aunque aún no pudieron determinar qué provocó que su corazón dejara de latir.
Ahora, Paula, todavía detenida, deberá responder por la vida de su hijo en una declaración indagatoria.