Por Manuel Rivas* Director Diario Cuarto Poder \ Siempre en nuestros corazones. Diario Cuarto Poder nació un 18 de marzo de 2016, pero su nombre se había gestado 21 años antes, de la mano de una persona llena de luz y buena onda que ahora se fue de gira celestial.
“Vos sos el cuarto poder”
Aún mantengo vivo en el recuerdo ese día en el que me presenté en la Escuela Técnica de Lastenia para llevar los papeles de mi incorporación al plantel docente. Allí me atendieron dos administrativas de lujo, Nuria Carrera y Silvia Beatriz Pérez.
El edificio era una vieja casa que quedaba en la calle Torquinst 853 en esa localidad del Este tucumano, pero la precariedad se suplía con un excelente grupo humano, que le daba vida al establecimiento dirigido por el profesor Miguel Moreno.
Ni bien se enteró Silvia de mi profesión periodística, me expresó: “Entonces vos sos el cuarto poder”. Le repliqué que no era tan así, aunque no estaba en condiciones de hacer tal afirmación porque recién daba mis primeros pasos en el Diario Siglo XXI.
Un saludo que se fue abreviando
Silvia era la encargada de realizar todos los trámites relacionados a la liquidación de los sueldos. Es por ello que, al menos una vez al mes, teníamos que pasar por su escritorio a firmar las boletas o a presentar alguna documentación.
Sin embargo, todos los días teníamos oportunidad de verla y saludarla. En nuestro caso la relación era amigable y ella solía decirme en los primeros tiempos: “Buenos días cuarto poder”. Yo le respondía con una sonrisa.
Con el pasar de los años, me decía: “Buenos días cuarto” Y más cercano en el tiempo, antes de que me fuera de la escuela, ya me saludaba: “Buenos días cuartito”, con un cariño que se mantuvo siempre.
Una emotiva confirmación
En 2016, cuando salimos con nuestra página de noticias, ella me preguntó si el nombre del Diario Cuarto Poder se lo había puesto por ella y sus constantes saludos matinales en la Escuela Técnica. Cuando le dije que sí, se puso muy contenta.
Sin saberlo, Silvia Beatriz Pérez, había bautizado mi emprendimiento, mi sueño de toda la vida. Hoy me toca despedirla con la misma emoción que me generaron esos pasos dados en mi carrera y con una mochila llena de lindos recuerdos.
No puedo decirle adiós a Silvia, le digo hasta siempre. Porque sé que algún día escucharé de su inconfundible voz: “Buenos días cuartito”.