Por estos días, es muy probable que quien vaya a un cajero automático se encuentre con largas colas y no porque haya más personas que de costumbre sacando dinero, sino porque cuando se acaban los billetes de $ 1.000 y de $ 500 el máximo que se puede retirar es $ 2.000 por extracción, pero no hay que desesperar.
No quiere decir que no se pueda retirar más dinero, sino que eso hace que haya que realizar varias veces la operatoria. Por ejemplo, si una persona necesita sacar $6.000 de su cuenta, tiene que repetir el proceso tres veces hasta completar el total que requiere. Eso genera largas filas y demoras.
La queja de los bancos
¿Por qué pasa esto en los bancos? Según informó una fuente del sector “el problema es que no se entregan más billetes de $1.000” y dice que habría que preguntarle el Banco Central por qué no imprimen billetes de $2.000, $5.000 y $10.000, ya que eso simplificaría mucho la operatoria.
Desde el Gobierno, algunos ven este tipo de estrategia como una posible “apretada de los bancos para que se impriman billetes más grandes”, pero, según informan las entidades financieras, están poniendo billetes de $100 por falta de papeles de mayor denominación y se quejan de que eso los hace ineficientes.
“Nos desgasta más los cajeros porque no es lo mismo tener que poner 10 billetes de $100 que uno de $1.000 y nos obliga a entregar menos dinero a menos gente”, se queja.
Sucede que, si bien hay cajeros automáticos que entregan hasta $50.000, el dispensador de billetes (que es la boca por la que salen) no se abre como para entregar 100 billetes.
Asimismo, la fuente consultada señala que esa situación incrementa mucho el costo de trasladar dinero al haber tanto billete de baja denominación. Y sostiene que “toda esta problemática deriva de que no imprimen ni entregan a los bancos billetes más grandes”.
Y esto no es un secreto para el regulador, dado que “el BCRA sabe de nuestra prédica sobre que hacen falta billetes más grandes o favorecer el uso de dinero digital”.
El BCRA, firme en su postura
Sin embargo, fuentes del BCRA insisten en que no está en estudio emitir un billete de mayor denominación y coinciden en algún punto con los bancos cuando resaltan que “la política es impulsar la sustitución del efectivo por los medios de pagos electrónicos”.
Por otro lado, los registros del Central respecto de los papeles que están en circulación estos días reflejan que la cantidad de billetes de $500 pasó de 857 millones en enero del año pasado a 1.055 millones en enero de 2021. En tanto, los de $1.000 pasaron de 373 millones a comienzos de 2020 a 926 millones en el primer mes de este año. Y, finalmente, los de $100 eran 2.482 millones en enero de 2020 y subieron a 3.187 millones en un año. Los datos reflejan una fuerte suba en el stock disponible de los papeles más grandes, aunque en los bancos consideran que ese volumen es aún insuficiente.
Así, lo que está claro es que la intención del Gobierno es impulsar el programa de Transferencia 3.0, en el marco del cual, desde el próximo 29 de noviembre, van a estar plenamente interoperables los códigos QR para facilitar los pagos desde cualquier billetera digital.
Encontrar una solución
En tanto, aunque coinciden con este objetivo, desde la industria bancaria insisten en que el regulador tiene que encontrarle una solución a la escasez de billetes de mayor denominación. Ellos, por el momento, han encontrado un aliado estratégico para paliar esta problemática en la posibilidad que ofrece el BCRA de retirar dinero sin costo en supermercados, pago fácil y otras alternativas, que pueden entregar hasta $8.000. “Es un win win para todos porque el cliente va al supermercado, al pagar saca dinero en caja sin costo, evita un ir al cajero y el comercio se ahorra contratar a una empresa para despachar el sobrante de efectivo”, revela una voz de la banca privada.
fuente:iprofesional