La Vocal de la Sala V en lo Penal, María Alejandra Balcázar, se manifestó de esta manera al ser consultada por algunos fallos en los que la misma es preopinante y que reflejan cuestiones sobre derechos humanos de las mujeres.
El camino a seguir
“El compromiso internacional asumido por nuestro país en materia de género obliga al estado argentino, desde sus tres poderes, a garantizar la vigencia de los pactos internacionales de derechos humanos de mujeres oportunamente ratificados. Desde esa perspectiva tanto CEDAW (Convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer) como Belem do Pará (Convención Interamericana para prevenir Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer), marcan el camino a seguir, cuyo incumplimiento acarrea responsabilidad internacional para el Estado. En este sentido desde el Poder Judicial, el desafío es asumir la posibilidad del cambio cultural dando valor a estas normas desde una conducta trasformadora, realizando de manera permanente un control de convencionalidad”, explicó la Magistrada.
Avances
En este sentido, los avances han sido importantes en el ámbito Judicial, tanto a nivel nacional como provincial. “La creación de la Oficina de Violencia Domestica así como la Oficina de la Mujer son muestras de políticas estatales pero entiendo que falta mucho por hacer”.
Balcázar afirmó que en materia de delitos sexuales, por ejemplo, y desde un pequeño relevamiento estadístico del proceso por el que atraviesan las denuncias relacionadas con violencia de género de índole sexual, se pudo determinar que son éstas las que le siguen en proporción a la de los delitos contra la propiedad en el universo de causas que llegan a juicio oral, siendo las víctimas de esas causas casi en su totalidad mujeres.
Más causas
La variable “tiempo” en estas causas, es en cierta medida, más elevada que en delitos contra la propiedad, repercute desfavorablemente tanto en las esferas personales como en el proceso. Por ello resulta necesario intensificar la capacitación y concientización en los distintos operadores del sistema, otorgándoles con ello la importancia que merecen.
“Remover prejuicios y patrones culturales instalados nos invita a ponernos los anteojos de género en el análisis y abordaje de las causas. A veces el ejercicio de la violencia de género no surge a simple vista. Muchas veces ni siquiera el entorno más íntimo de las víctimas lo percibe como violencia, porque esas prácticas son aceptadas y están naturalizadas. Por ello resulta imperioso que las pruebas sean leídas en este contexto y con las herramientas interdisciplinarias para ello”.
Cambio cultural
Por último, la Vocal insistió en que la evolución legislativa exige el cambio cultural y el compromiso desde todos los poderes del Estado para remover los estereotipos culturales que nos permitan caminar hacia una sociedad más justa, reafirma la Vocal. “Entiendo así que el paradigma de género constituye un camino difícil pero que ya no es posible desandar”, concluyó.