Son días difíciles para viarios ex funcionarios kirchneristas. Uno de los que más dolores de cabeza acumuló en las últimas semanas es el ex titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, quien ahora también deberá dar explicaciones por haber permitido que una empresa petrolera no liquidara un impuesto que le retenía a los consumidores.
El juez federal Julián Ercolini cree que Echegaray fue partícipe del delito de defraudación a la administración Pública. Según explicó en diálogo con Romina Manguel en radio Nacional, uno de los hombres poderosos de la década ganada permitió que hubiera un “relajamiento en todo los organismos de control” para que la compañía señalada no cumpliera con una obligación fiscal. De acuerdo a las sospechas del fiscal, Echagaray avaló que en cuatro años se evadieran impuestos por $8.000 millones.
“La hipótesis del fiscal (Gerardo Pollicita) es que fue tal el grado de relajamiento y laxitud en todos los organismos de control que incluso no se emitieron alertas automáticas que están previstas para cuando un contribuyente no paga sus obligaciones”, detalló el magistrado federal.
Y agregó: “El delito es una estafa a la administración pública porque el organismo recaudador colaboró para que esto tuviera una apariencia de legitimidad y la empresa no pagara”.
Ercolini explicó que para avanzar en el expediente fue vital un informe muy completo que presentaron las actuales autoridades de la AFIP en donde quedó de manifiesto la conducta irregular de los directores kirchneristas.
Recientemente desplazado de la AGN, Echegaray también tiene denuncias en su contra por enriquecimiento ilícito, falso testimonio, abuso de autoridad y como si esto fuera poco está imputado en el escándalo de Ciccone.