Por Gustavo Díaz Arias* para Diario Cuarto Poder / Una hacedora de palabras. Compartimos la entrevista realizada a la escritora y tallerista bonaerense, Inés Cortón, quien nos comenta sus gustos literarios, temáticas, talleres y proyectos en medio de esta pandemia.
—¿Cuándo fue que te acercaste por primera vez a la literatura?
—Era muy chica, alrededor de los 8 o 9 años cuando recibí como regalo de Navidad un mueblecito biblioteca con alrededor de unos treinta libros de autores españoles, latinoamericanos y argentinos que me pusieron en contacto con la literatura que podría considerarse “seria, tradicional”, ya que hasta ese momento era lectora compulsiva de revistas infantiles, secciones del diario y todo papel que tuviera escritura. En unos dos años y algo más, había leído los libros de esa colección y desde ahí, a todos lo que me resultaran atractivos en la biblioteca. Afortunadamente, nunca tuve indicaciones de qué leer o de qué podía ser adecuado para mi edad.
—¿Cómo te hiciste a la idea de convertirte en escritora?
—No sé si llamarme a mí misma escritora, creo que para llegar a serlo el título debe darlo el lector, pero la necesidad de escribir se fue dando así, como una necesidad. Me recuerdo escribiendo por necesidades escolares y luego por necesidades románticas. Poemas entre los últimos; cuentos, comentarios u otros formatos para lo demás. Alguna vez participé de un taller de escritura, como docente, y comenzaron a incentivarme para que siguiera escribiendo. Por eso, aliento tanto a mis alumnos de los talleres de escritura, sé lo que significa apoyar a quien tiene esa faceta escondida o poco trabajada.
—¿Cómo nace el Taller Repentista?
—Haciendo un curso de Literatura Infantil en la Universidad de Córdoba, conocí a María Luisa de Francesco, argentina radicada en Salto, Uruguay, e hicimos rápidamente amistad. A partir de allí y como a las dos nos gustaba (nos gusta) la escritura, comenzamos a compartir a través de internet y como un juego, frases que nos resultaban inspiradoras. Con ellas, cada una escribía lo que surgiera, a veces solo pensamientos, otras veces poemas o microhistorias. Un día pensamos que a otras personas podría divertirles hacer lo mismo y creamos una página. Mi amiga, por razones de tiempo, debió alejarse de este juego y yo continué. De a poco, los mismos “repentistas” como nos llamamos, fueron invitando a sus amigos y fue creciendo hasta llegar a lo que es hoy.
—¿Cuando esta aventura comenzó, te imaginaste superar los 2.500 talleres?
—Nunca me hubiera imaginado que, en momentos en que todo parece ser tan poco permanente, el Taller Repentista pudiera permanecer tantos años y, aunque en el camino algunos se han alejado, muchos regresan en cuanto solucionan sus problemas y traen a sus conocidos y amigos. Seguimos creciendo y ganando amigos.
—¿Hacia dónde va el Taller?
—Creo que ya he dicho varias veces la palabra “amigos”. El Taller es un lugar de encuentro, donde nos une no solo el deseo, la necesidad y el gusto por la escritura. Aunque de él surge la posibilidad de escribir y compartir un micro texto cada día, a partir de la biografía y de tres títulos de un autor/a propuestos, también de él brotan — permitime el uso de esta metáfora—relaciones que nos llevan a sentirnos amigos, aun a la distancia, que no solo es entre nuestras provincias, sino desde países como Perú, Colombia, Brasil, España, Francia o Israel. Todos nos sentimos unidos por la escritura y el cariño. No sé hacia dónde va el Taller, incluso creo que no depende de mí, sino de sus integrantes, pero sé que es un espacio donde buscamos ser cada día un poquito mejores como personas y como escritores. Y en esto último, estoy muy orgullosa del éxito de muchos escritores, quienes se están destacando en concursos y editando sus obras.
—En tu libro de haikus ‘Kimono Azul’, Fabián Soberón, en el prólogo, se expresa sobre tu libro, con estas palabras: ‘Para Cortón, el haiku no es el poema de la naturaleza. Es la flecha lanzada sobre el hombre y es la mirada demorada de la flecha, cuando vuelve a los ojos del pensamiento. Los poemas de Cortón no son el encuentro entre el poeta y el campo sino que surgen del roce de las palabras con la superficie de los sentimientos.’ Estoy de acuerdo, pero además siento, que al igual que en tu otro libro, ‘Como Cerezas’, quedaron impresos momentos muy íntimos. Es tan sutil cada palabra que usaste, que para muchos pueden ser solo hermosos haikus. ¿Son tus libros autobiográficos?
—Si al decir autobiográficos nos referimos a la interioridad, sí lo son. Son experiencias de vida, propia o ajena, que he aprendido en esto de vivir y compartir. Lo que generosamente dice Fabián es que mis haikus no respetan la esencia oriental de este género poético, que expresa sentimientos relacionados con la naturaleza, sino una necesidad personal de decir lo que algunas situaciones de vida me provocan.
—Después de leer tus cuentos y tus poesías, me preguntaba: ¿Cuál es tu método de trabajo? Me pareces muy ordenada, o me equivoco.
—Sí, debo confesarlo con una sonrisa, te equivocás. No tengo una rutina de tiempo o lugar. He escrito viajando en un colectivo, sentada en una confitería rodeada de personas y con música o en el silencio de una madrugada de insomnio. Cuando una idea aparece, necesito escribirla, sea en un cuaderno, en un archivo Word o en un pequeñísimo papel cualquiera. A veces, solo escribo la idea y luego busco un momento para darle su forma definitiva. La única rutina que he adquirido y mantengo es cuando se trata de escribir para el Mundial de escritura, en ese caso me levanto muy temprano y busco escribir el cuento de manera completa. Luego me tomo el tiempo para releer y corregir.
—¿Cómo te afectó la pandemia? En estos aspectos: coordinando un taller, como docente, como escritora, en tu vida privada. ¿Qué esperas que suceda post pandemia?
—Como a todos, me ha golpeado fuertemente. En primer lugar, porque he perdido familiares y amigos muy cercanos y porque no he podido viajar a visitar a mi familia como lo hacía cada mes. He debido aprender como muchos de nosotros, a sufrir la distancia, la imposibilidad del adiós y del abrazo en el profundo dolor. En lo cotidiano, como somos personas maduras y en la necesidad de cuidarnos mucho, mi esposo comenzó a realizar su trabajo de manera virtual, así que ambos estamos en casa cumpliendo con las habituales tareas prepandemia.
En cuanto al taller es el espacio para escapar virtualmente y compartir estos dolorosos temas con quienes están sufriendo las mismas situaciones, pero simultáneamente, encontrando las posibilidades que nos da la escritura para poder decir todo esto, porque también aquí hemos perdido amigos entrañables, por razones de salud y últimamente a raíz de la pandemia. Todos nos han dejado un doloroso espacio vacío.
Lo que ocurra pospandemia es un deseo: que tanta pérdida, tanto sufrimiento, nos lleve a la introspección y nos ayude a ser mejores de lo que éramos.
—¿En qué proyecto nuevo trabajas?
—He sido invitada por una amiga dedicada a la plástica a participar en un proyecto y estoy escribiendo haikus que se ensamblarán con su obra. Por otra parte, y siempre agradeciendo a María Belén Aguirre, nuestra increíble escritora tucumana, estamos compartiendo la idea de hacer pública parte de mi obra poética. Y, sigo todavía sin éxito, intentando ordenar cuentos con la intención de publicarlos.
—¿Qué recomendarías leer? Podrían ser tres libros: El primero que te abrió a un mundo nuevo, un clásico, y algo que en estos últimos años te haya impactado.
—Soy una enamorada de cierta literatura oriental debido a la lectura de “Una hoja en la tormenta” de Lin Yutang, no porque fuera el primero leído, sino porque me abrió, como bien decís, a un mundo desconocido. Todos los clásicos me parecen importantes, pero aconsejaría comenzar a leer a Jorge Luis Borges (nuestro gran clásico, del que mucho se dice, pero del que se lee poco), siguiendo las fechas de sus publicaciones, tanto cuentos, como poemas. Y, aunque parezca una cuestión feminista, aconsejaría leer a escritoras, desde Virginia Wolf, Clarice Lispector a Susan Collins, pasando por todas nuestras clásicas (Alfonsina Storni, Victoria Ocampo y otras) También a la actual Ana María Shúa, entre tantas y tantas. Tengo la certeza de que nuestras escritoras contemporáneas serán las hacedoras de un nuevo boom. Ojalá los lectores logren verlo, se lo merecen.
—¿Qué poesía compartirías con nosotros?
Solo vos
nos llevarás por
los mares procelosos
a desafiar a los monstruos
y a las bestias
Solo vos dominarás
a los dragones.
Salvarás de la muerte
a las princesas.
Construirás en instantes
sus castillos.
Destruirás las ciudades
más enormes.
Podrás decir esas palabras
que mueven montañas ,
secan mares.
Las que logran que en amores
muy intensos
se unan dos amantes.
Jugarás al ajedrez
con un dios que es otro dios
en otro cielo
y saldrás del laberinto
sin heridas.
Pintarás
nuestras flaquezas
o abrirás el camino
a las virtudes
Serán tus pensamientos
las saetas
que encenderán
los corazones.
Solo vos, escritor
Solo un poeta.
Datos biográficos de la autora
Inés Cortón, nació en Coronel Suárez (Provincia de Bs. As), actualmente reside en Capital Federal. Docente y capacitadora docente. Es autora de cuentos y poemas. Ha adaptado cuentos infantiles para obras musicales y compuesto guiones para videos.
Ha colaborado en periódicos y publicado en revistas, locales, regionales, así como en latinoamericanas (voxlocalis.net) y españolas (eforyatocha.com); en entidades e instituciones como Biblioteca Parlante Haroldo Conti, de Tucumán; Biblioteca Infantil de Coronel Suárez y en Isidoro Espacio de Arte, entre otras.
Es tutora virtual, título otorgado por la OEA. Dicta cursos virtuales: “Escritura creativa: Palabras en vuelo, “Lo fantástico en el cuento Latinoamericano”, “Cómo leer a Borges”, y de “Poesía”, entre otros. Seleccionada para participar con el cuento “Juicio al Silencio y la Palabra” en la presentación multidisciplinaria “Y el verbo se hizo baile”, en el Centro Cultural Recoleta.
Finalista en el Concurso Nacional Neruda con la obra “De naufragios” y, con “La edad del tiempo” en el “Centro Poético” de Madrid, España. Ha publicado: “Pequeños pies” (plaqueta de haikus, 2013), “Kimono azul” (2013) y “Como Cerezas”(2015), libros de haikus editados por Ediciones de La Eterna.
*Escritor