Futbolista asesinado

Hay pruebas importantes aportadas por la madre del futbolista muerto y también de un testigo que estuvo en la fiesta. El esposo no se habría bancado que le pusieran “los cuernos”.

El escalofriante crimen de Daniel Correa, el jugador del San Pablo que fue decapitado y al que le cortaron los genitales, sigue sumando capítulos. Luego de que la Policía detuviera al empresario Adison Brittes, quien confesó haberlo matado al descubrir al futbolista tratando de violar a su mujer. Y de que trascendieran fotos y chats de WhatsApp que Correa envió dando detalles de su relación sexual con Cristiane, la esposa del asesino. Ahora aparecieron datos y sospechas de que no todo sucedió como se contó. Y la situación de Brittes es cada vez más complicada.

Todo empezó el último domingo de octubre, cuando el cuerpo de Daniel (como lo conocían los hinchas) fue encontrado en una zona boscosa, casi degollado y con los genitales mutilados. Tras reconstruir los últimos pasos de la víctima, los investigadores llegaron hasta la casa de Brittes, a la que el mediocampista había llegado horas antes por el cumpleaños de Allana, la hija del empresario.

Crimen pasional

Con la certeza de que se trató de un crimen pasional, la semana pasada detuvieron a toda la familia Brittes: Adison, Cristiane y Allana. Y fue el hombre quien, poco tiempo después, confesó haber sido él quien mató a Daniel. “Lo maté con un cuchillo”, contó. Y dio su versión de los hechos. “Cuando abrí la puerta (de su habitación), él estaba encima de mi esposa mientras ella pedía auxilio. Lo que hice fue lo que haría cualquier hombre, porque la mujer que estaba allí no era mi esposa. Eran todas las mujeres de Brasil. Podía ser su hija, su hermana, su madres, su esposa. En ese momento era mi esposa, Cris, con la que llevo casado 20 años. La mujer a la que he dedicado mi vida, que siempre me amó y respetó”, señaló Brittes en el video que grabó de manera casera.

Allana reforzó las palabras de su papá. “Estaba encima de mi mamá intentando violarla”, dijo. Y aseguró que no era amiga del jugador y que lo había invitado sólo por intermedio de otra gente.

El chat entre la madre de Daniel y la hija del asesino

Sin embargo, cuando todo parecía conducir a casi un acto de defensa personal o, por lo menos, cuando la familia Brittes parecía lograr cierta empatía con la opinión pública, apareció en escena Eliana Correa, la madre de Daniel. Y les entregó a los investigadores los mensajes que ella misma intercambió con Allana tras la desaparición del ex San Pablo.

Ahí, Eliana le pregunta a Allana si sabe dónde está su hijo, ya que no había tenido noticias suyas. Y la chica le contestó que se había ido de su casa en perfecto estado y que hasta le había dado un beso al despedirlo. “Dede estar en un hotel de por aquí cerca. Ahora voy con mis padres”, le escribió. Y apenas se conoció el descubrimiento del cuerpo, volvió a contactarse con ella. “Dios mío, no es posible”, fue su mensaje.

Estuvo en la fiesta de cumpleaños de 17 de Allana

Eliana también negó que Allana conociera de manera ocasional a Daniel. Y como prueba presentó una foto del cumpleaños número 17 de la joven (el del año pasado) en el que los dos aparecen sonrientes.

Pero el tema no termina ahí. Además de Eliana, hay un testigo que estuvo en la fiesta, declaró en las últimas horas y comprometió aún más a Brittes y a su hija. Según este hombre, el empresario nunca tuvo que derribar la puerta de su habitación y que su furia fue enorme al descubrir la infidelidad de su mujer. “Estaba desorbitado. Gritaba. Y en un momento reunió a todos los invitados para que nadie dijera que lo engañaba si no que Daniel estaba tratando de violarla”.

La crueldad del asesino

Amadeu Trevisan es el encargado de la investigación y quien reveló que la confesión de Brittes tiene “lagunas y detalles que no concuerdan con lo que encontramos”. La prioridad es determinar si Daniel y Cristiane tuvieron relaciones sexuales y, luego, entender por qué el asesino utilizó tanta crueldad. Una historia que, parece, va para largo.

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