Los tucumanos señalan como problemas principales a los que se enfrentan a diario a la inseguridad, la inflación que genera el aumento de las tarifas de productos y servicios y el crecimiento de los niveles de indigencia, en donde la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen se profundizó. Un informe nacional que va en la misma dirección.
Podrían tranquilamente denominarse: “los problemas de la triple I”, por la inseguridad, inflación e indigencia. Son aquellos a los que se enfrentan diariamente los tucumanos y muchos de los habitantes del resto del país.
En el primero de los casos, la inseguridad, podemos citar un relevamiento dado a conocer por la consultora política Quality Latinoamérica correspondiente al mes de enero de este año. El informe revela que los tucumanos consultados, un universo de 1.200 casos domiciliarios más 250 casos de booster residentes en San Miguel de Tucumán y área Metropolitana (Yerba Buena, Banda del Río Salí y Tafi Viejo), además de Concepción, tienen como principal problema la inseguridad resumida en robos, arrebatos, delincuencia y droga, con un registro del 41%.
A este mismo universo de consultados le parece, en un 35%, que el segundo problema que afrontan los tucumanos es la inflación, el rumbo y el estancamiento de la economía, los despidos, la falta de empleo y los “tarifazos”.
Si a estos datos sumamos un informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) a partir de la evaluación de los datos recientemente publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en el que se da cuenta del crecimiento de la brecha entre los más ricos y los más pobres en nuestro país, la cuestión pasa a tomar un matiz de mayor preocupación.
Cabe señalar que el CIFRA se encuentra vinculado a organizaciones sindicales nucleadas en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) junto a investigadores de Economía y Tecnología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). El estudio en cuestión sostiene que la relación entre el Ingreso Per Cápita Familar (IPCF) promedio de los hogares más ricos, pertenecientes al decil 10, y los más pobres, correspondientes al decil 1, pasó de ser 16 veces en el segundo trimestre de 2015 a casi 20 veces en el tercer trimestre de 2016.
Mientras que en el segundo trimestre de 2015 la relación entre el ingreso per capital familiar promedio del decil 10 y el promedio del decil 1 fue de 16,1, en el tercer trimestre del 2016 esta relación aumentó a 19,8. Estos datos reflejan que los primeros 5 deciles, que representan el 50% de la población “vieron disminuir su participación en el total de los ingresos familiares”, remarcó Cifra.
“Por el contrario, los hogares pertenecientes a los últimos tres deciles, los de mayores ingresos, vieron incrementada su participación en el ingreso total”, puntualizó el centro.
Según Mariana González, coordinadora del centro, la caída del poder adquisitivo estuvo ligada a que el ritmo del nivel inflacionario superó la compensación salarial de los trabajadores. “El alto ritmo inflacionario registrado durante 2016 responde a la devaluación y al fuerte aumento registrado en las tarifas”, explicó González.
Los hogares de mayor ingreso pasaron de apropiar el 21,2% de los ingresos totales de los hogares en el segundo trimestre de 2015 al 23,6% en el tercer trimestre del 2016.
Al analizar los datos por estratos de ingreso, separando al 40% de los hogares con menores ingresos, el 40% de los hogares con ingresos medios y el 20% de los hogares con mayores ingresos, puede observarse que los hogares de menores ingresos y de ingresos medios vieron caer su participación en el ingreso total. En dirección contraria, el 20% de los hogares más ricos aumentó su participación del 35,5% en el segundo trimestre de 2015 al 38,4% en el tercer trimestre de 2016.
Al cierre de 2016, una familia tipo necesitó reunir ingresos por $ 13.155,83 para superar la línea de pobreza, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). De la misma forma, la línea de indigencia fue fijada en ingresos por $ 5.458,6, para un grupo compuesto por un matrimonio y dos hijos. Lamentablemente estos datos concuerdan con la sensación que tienen muchos tucumanos.