El vehículo del Presidente fue abordado por un grupo de manifestantes que lo increpó luego de su visita al templo del Santísimo Sacramento.
El padre Troncoso también hizo referencia al encuentro. “Fundamentalmente hablamos del tren, le dije que las dificultades (para recuperar el servicio) no son tantas”, puntualizó. Y agregó: “Lo importante es que se le ha cambiado la idea de que eso es imposible”.
“Hace mucho bien venir acá al lugar de mis raíces, contactarme con momentos de mi infancia”, destacó el mandatario y reiteró su compromiso de “querer ayudar a los tandilenses y a los argentinos”.
Antes del escrache
En su ciudad natal, Macri visitó la casa de su familia materna, los Blanco Villegas; y pasó por un local de venta de charcutería.
En diálogo con Eco, también dijo que “había comprado un par de kilos de queso, que le mostró la casa de su abuela a su hija Antonia” y le recordó el consejo de “hacer la siesta siempre, antes de ir a jugar”.
Otros episodios
Esta no es la primera vez que Mauricio Macri es abordado por una protesta que vulnera su seguridad. El año pasado hubo varios episodios que pusieron en el centro del debate a la custodia presidencial.
En agosto, Macri y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, fueron agredidos durante un acto en Mar del Plata, cuando un grupo de personas lanzó piedras contra el vehículo que los transportaba.
Los incidentes que se produjeron en Mar del Plata durante una visita de Macri. (Fabián Gastiarena)
En diciembre, cuando Macri había viajado a pasar las fiestas de fin de año al sur del país, otro grupo de militantes de ATE atacó la camioneta en la que estaba el Presidente.
El episodio, que tuvo lugar en Villa Traful, Neuquén, fue más violento que el de Mar del Plata, ya que rompieron algunos vidrios del rodado.
La camioneta atacada en la que iba Macri.
Tras la agresión, el jefe de Estado dijo que a pesar de los escraches seguiría acercándose a las personas en sus actos. “No me voy a resignar al contacto con la gente por estas minorías organizadas”, sostuvo.
Este año, la situación no cambió: ante cada viaje de Macri, un grupo de personas -muchas veces de organizaciones políticas vinculadas al kirchnerismo- organizó escraches contra el mandatario, como pasó en Salta semanas atrás.
Hoy, el escrache se llevó adelante en Tandil, tras la visita del presidente y su pequeña hija, Antonia, a una iglesia en Semana Santa.