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La renuncia del juez Gonzalo Ascárate ha suscitado un intenso debate en el ámbito judicial y político de Argentina. El gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, fue uno de los primeros en pronunciarse al respecto, afirmando que la salida del magistrado era lo que correspondía tras un fallo que generó repercusiones a nivel nacional. El juez, había dictado que se devuelva droga incautada a un detenido, a quién pidió además que lo liberen.

Un caso de novela

Este fallo, que absolvió a un imputado que había acordado una condena de tres años de prisión por tenencia simple de drogas, incluyó la orden de devolverle 82 gramos de cocaína, tres gramos de marihuana y un blíster con psicofármacos. La decisión fue considerada por muchos como sin precedentes y, tras la controversia, Ascárate decidió anular su propia sentencia y condenar al imputado en una nueva audiencia, donde también se ordenó la destrucción de las sustancias secuestradas.

La reacción de Jaldo fue inmediata. En declaraciones públicas, expresó que “ese juez no puede ser juez”, reflejando una postura contundente sobre la situación. Horas después de sus comentarios, Ascárate presentó su renuncia, aunque su firma no se concretó el mismo día debido a compromisos en su agenda.

Lucha contra el narcotráfico

El gobernador destacó la política de Estado relacionada con la lucha contra el narcotráfico, enfatizando la necesidad de una colaboración efectiva entre los distintos poderes del Estado para enfrentar este problema. Jaldo subrayó que la labor de la Policía, los fiscales y los jueces debe ser reforzada para hacer frente a la problemática del narcotráfico.

Entre los miembros de la comunidad judicial, la renuncia de Ascárate no fue una sorpresa. Muchos consideraron que esta salida era inevitable para evitar un juicio político y para eludir una auditoría iniciada por la Corte Suprema justo después de que se conociera el fallo.

Sin embargo, el trasfondo del caso es complejo, ya que Ascárate ya había estado involucrado en otras controversias durante su carrera judicial, incluyendo la presión a funcionarios en un caso de femicidio y la comunicación con el entorno de un ex gobernador en un contexto de designaciones judiciales.

Un puesto de perfil bajo

A pesar de estos antecedentes, su nombramiento como juez se realizó bajo la premisa de su amplia participación en ternas judiciales, lo que supuestamente reflejaba su capacidad para desempeñar el cargo. Ascárate había sido designado para un puesto de perfil bajo, relacionado con Niños, Niñas y Adolescentes, pero su breve tiempo en el cargo terminó con un fallo que provocó su renuncia.

Ahora, la Corte deberá elegir un nuevo magistrado para ocupar el puesto de juez de Narcomenudeo en el Centro Judicial de Concepción.

Es relevante mencionar que el nuevo designado no necesariamente poseerá una especialización en la materia, lo que podría influir en la continuidad de las políticas y enfoques adoptados en la lucha contra el narcotráfico.

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