Las transferencias automáticas de fondos nacionales a las provincias finalizaron 2024 con un aumento real interanual del 1% en diciembre, pero el balance anual reflejó un retroceso del 10% en términos reales. Tucumán, en este escenario de luces y sombras, cerró el año con cifras similares a las del promedio nacional, registrando una caída real del 9,7%.
El mes de diciembre marcó un respiro en medio de un año complejo. Según datos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), las transferencias automáticas a Tucumán crecieron un 1,8% en términos reales interanuales durante el último mes del año, superando a provincias como Chaco, Misiones y Salta, pero muy por debajo de Santa Cruz, que lideró con un alza del 8%. En contraste, Buenos Aires fue la única jurisdicción con saldo negativo, con una caída del 6,5%.
Transferencias automáticas
A nivel nacional, las transferencias automáticas totalizaron $4,245 billones en diciembre, marcando un aumento nominal del 120% respecto al mismo mes de 2023. Sin embargo, ajustados por inflación, el crecimiento real fue de apenas el 1%. Este incremento estuvo sustentado principalmente en una mejora en la recaudación de IVA (+2,6%) y del impuesto a las ganancias (+13%).
En paralelo a las transferencias automáticas, Tucumán se posicionó en el tercer lugar del ranking de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) durante 2024, con $6.500 millones recibidos. Estos fondos, destinados a atender emergencias y desequilibrios financieros según la Ley de Coparticipación Federal, fueron asignados de manera discrecional por la Casa Rosada. El monto recibido por Tucumán quedó detrás de Misiones ($13.000 millones) y Entre Ríos ($6.800 millones).
El primer desembolso de ATN para Tucumán llegó en febrero, cuando la administración de Javier Milei envió $2.000 millones. Tras un largo período sin nuevos envíos, en noviembre se sumaron $4.500 millones más, completando los $6.500 millones del año.
Contexto de ajuste
En un contexto de ajuste fiscal, la relación entre Tucumán y el gobierno nacional se fortaleció a través de gestos políticos clave. En junio, la firma de un acuerdo permitió la reactivación de 80 obras paralizadas en la provincia, entre ellas la cárcel de Benjamín Paz y trabajos en la ruta 307. Además, en noviembre se concretó un acta de intención para transferir las 100 hectáreas del barrio Procrear II, una obra que estuvo en riesgo de ser abandonada.
Estos movimientos, acompañados por la política dialoguista del gobernador Osvaldo Jaldo, evidencian la importancia del vínculo con la Nación para asegurar financiamiento en un contexto de restricciones presupuestarias.
Aunque el leve repunte en diciembre genera expectativas, el retroceso anual de casi el 10% en términos reales subraya los desafíos que enfrentan provincias como Tucumán para sostener sus finanzas en un escenario de alta inflación y ajustes fiscales. Las transferencias automáticas, aunque esenciales, no bastan para equilibrar los números rojos, y los fondos discrecionales, cada vez más escasos, ponen en jaque la planificación a largo plazo.
Tucumán cierra 2024 con la mirada puesta en 2025, un año que demandará negociaciones políticas intensas y estrategias financieras sólidas para enfrentar un panorama aún incierto.